Por Fernando Urbano
En la carrera presidencial de la oposición no hay muchos candidatos claros, pero por suerte, sí muchos aspirantes. Todos y cada uno de ellos tienen grandes activos y gozan de una capacidad importante para hacerle frente a los problemas del país, pero desde mi perspectiva, ninguno tiene posibilidades reales, en este momento, de hacerle frente al oficialismo.
De entre los aspirantes de VaXMéxico, ha tomado una notoriedad importante la senadora Xóchitl Gálvez, que hace unos días hizo públicas sus intenciones de ser candidata a la presidencia de la república en el Zócalo de la Ciudad de México, frente a Palacio Nacional. A Xóchitl, hasta hace algunos meses la veía como la candidata natural a la jefatura de gobierno de la CDMX, y además con posibilidades reales de quitarle ese bastión a Morena, tiene activos importantes en la capital, y un nivel de aceptación importante.
La senadora siempre ha sido frontal, y hasta el día de hoy es una de las pocas que ha sabido como darle guerra al presidente, desde la tribuna del senado, retando al debate, hasta los tribunales con las leyes en la mano. Sin duda, el enfrentamiento más sonado con el titular del ejecutivo ocurrió el pasado 12 de junio, cuando López Obrador la ignoró al ir a participar en una de sus ruedas de prensa diarias, cuando él mismo había señalado públicamente que si la senadora conseguía a través de un recurso legal una garantía para su derecho de réplica, este la atendería.
Xóchitl, no es una mujer improvisada, en 1999 el Foro Económico de Davos la reconoció como una de los 100 líderes globales del futuro, y fue también la primera mujer mexicana en lograr ese reconocimiento. En el 2000 llegó a la política con Vicente Fox para trabajar en la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, espacio desde el cual ha impulsado las causas de los pueblos originarios. En el 2010, fue candidata a la gubernatura de Hidalgo, y en 2015 ganó la jefatura de la delegación Miguel Hidalgo.
Aunque los reflectores están puestos en ella, no es muy fácil que logre hacerse de la candidatura de la alianza; no es la candidata natural de las dirigencias de los tres partidos, y mucho menos de su partido, Acción Nacional, que, si de él dependiera la selección, el ungido sería Santiago Creel. Pero entre sus mejores activos, es que puede crecer de la mano de la opinión pública, pues su perfil engrana de forma muy particular una posibilidad importante de un gobierno de coalición, y de convertirse en una verdadera piedra en el camino de las corcholatas.
La retórica presidencial, no cuadra con la realidad de las corcholatas, sus orígenes y actuar están muy lejanos y ajenos a lo que pregona el presidente. La senadora es una mujer surgida de la cultura del esfuerzo y que encuadra mejor en los dichos del presidente que cualquiera de las corcholatas del oficialismo, y lo más importante es que tiene la capacidad de robarse el discurso del presidente y hacerlo propio.
La oposición y sus aspirantes tienen la obligación de presentarse al proceso electoral con un candidato competitivo, unificado por las tres fuerzas políticas y con posibilidades reales de ganar la presidencia. Hoy, Xóchitl Gálvez es una posibilidad real, tiene una trayectoria reconocida y exitosa; ojalá VaXMéxico vea lo que muchos estamos viendo.
