2 de octubre, no se olvida

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Han pasado 54 años de aquel 2 de octubre de 1968, uno de los momentos más oscuros en la historia de México, y que fue la culminación de un movimiento estudiantil que en poco tiempo se convirtió también en un gran movimiento social. La protesta estudiantil inició unos meses atrás, como respuesta a la ocupación policial y militar de planteles escolares, justificada por riñas existentes entre los alumnos de la vocacional 5 y la preparatoria particular Isaac Ochoterena, a finales de julio del 68, y que ocasionaron diversas violaciones de los derechos humanos.

La tarde de aquel 2 de octubre, se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco estudiantes universitarios, de preparatorias, profesores, obreros, amas de casa, sindicatos e intelectuales, pero también acudió el ejército con el pretexto de ofrecer seguridad, para evitar cualquier riña. También estaban entre la gente, disfrazados de civiles integrantes del Batallón Olimpia.

En el edificio Chihuahua, se encontraban los oradores del movimiento y varios periodistas, pero también en ese mismo edificio, se filtraron algunos de los integrantes del batallón. En el mitin de esa tarde se expusieron seis demandas:

1. Libertad de todos los presos políticos.

  1. Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal.
  2. Desaparición del cuerpo de granaderos.
  3. Destitución de los jefes policiacos Luis Cueto, Raúl Mendiolea y A. Frías.
  4. Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
  5. Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.

Poco antes de las 6 de la tarde, cuando el mitin estaba por terminar, un helicóptero comenzó a sobrevolar la plaza, y de él se dispararon bengalas, que eran la señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia comenzaran a abrir fuego sobre los asistentes que inmediatamente empezaron a correr para intentar protegerse en la Plaza de las Tres Culturas y en los edificios cercanos.

Los que lograron escapar, se resguardaron en departamentos, pero sin orden judicial, los soldados ingresaron para capturar a los civiles que se habían escondido ahí. Los testimonios de participantes del movimiento nos permitieron conocer que fueron realizadas miles de detenciones masivas, arbitrarias e ilegales, y muchos de los detenidos nunca fueron encontrados; y aunque los informes señalan 350 muertos, no hay forma de conocer la cifra exacta, el ¡2 de octubre no se olvida!

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