Por Jesús Alvarado
En repetidas ocasiones he señalado a través de mi columna que los temas expuestos son producto del interés de lecturas y datos de medios nacionales, revistas de impacto, así como de las pláticas con diferentes personas.
Usted puede o no compartir mi opinión, pero le muestro datos que bajo su reflexión le pueden ayudar a tener una opinión propia.
No lo vea como un tema trillado el valor de la remuneración del trabajo doméstico. Siendo sincero, en el mundo no existe un formato ni tabla de factores que den la remuneración real que deberán recibir quienes laboran en dicha tarea.
En México, no es una novedad la falta de seguridad social para estas personas –en su mayoría mujeres- y donde en otro gran número de casos no ganan ni el salario mínimo, lo cual permiten ante la necesidad económica que impera en sus familias.
Vamos a números. De acuerdo con la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares en México del Inegi, las labores domésticas de cuidado, limpieza, mantenimiento, preparación de alimentos y compras equivalen actualmente a 8.4 billones de pesos.
Respecto del tipo de las tareas domésticas realizadas, las que más peso tienen son las de cuidado y apoyo (24.5%), limpieza y mantenimiento de la vivienda (23.8%) y alimentación (21.9%). El resto de las funciones se dividen en compras y administración del hogar (13.0%), ayuda a otros hogares (8.8%) y limpieza y cuidado de la ropa (7.9%).
Datos y datos, pero quién garantiza el desgaste físico de las personas que un día sí y el otro también planchan ropa para otras familias por un pago que en sus mayorías de las veces es injusto.
Vayamos a mi perspectiva la desventaja en el trabajo al que hacemos referencia. Las trabajadoras del hogar pueden sufrir violaciones a sus derechos humanos y laborales, como no tener un contrato u horario definido, o no contar con las prestaciones económicas y sociales que tienen otros trabajadores. Las trabajadoras del hogar luchan contra la explotación de clase, raza y género, y por el reconocimiento de su trabajo como trabajo.
Me aventé un show mareador, pero son aspectos que debemos valoras, del valor un trabajo no valorado por donde lo quiera ver.
Porque hasta para esas madres que llevan la rienda del hogar no valoramos ese sacrificio a diario. Usted hijo e hija, esposo pruebe durante quince días barrer y trapear a diario, cocinar y lavar cocina a diario, más el lavado de la ropa, su secado y planchado para que vea como termina. Solo así es como aprenderá a valorar el trabajo doméstico.
Aprendamos a valorar, intentemos por un momento ponernos en el lugar de quien realiza su trabajo para entender el valor de las cosas. Con el tiempo no se juego. Tiempo al Tiempo.
EL REMATE
Con la entrada del gobierno de Donald Trump en el país vecino del norte, el tema de la migración sube a un tono mayor. No es cosa menor lo que puede representar. México se ha posicionado como uno de los principales receptores de migrantes, no sólo como tránsito para llegar a Estados Unidos, sino como país destino.
En 2023, recibió aproximadamente 141,000 nuevas solicitudes de refugio, un 19% más que el año previo. La mayoría de los solicitantes de asilo en México son de nacionalidad haitiana, hondureña y cubana.
En el top 1 de países que más solicitudes de asilo reciben está Estados Unidos, y la segunda y tercera posición la ocupan Alemania y España.
Esperemos que México no sea un país de albergue permanente, y no por racismo, sino porque no contamos con los recursos suficientes para albergarlos.