“Soy un baby boomer que pasó su vida sintiendo la amenaza del holocausto nuclear y, sin transición, llegué a sentir la amenaza del colapso ecológico”
-Bruno Latour
Por Israel Reyes
Por debates, discusiones, podcast y farras es que logré dar con este filósofo, sociólogo y antropólogo francés hace algunos años. Para ponerles un poco en contexto, Bruno Latour nace en un viñedo en 1947 en la Mansión Louis Latour, en el distrito de Borgoña, Francia. El mismo año en que nace la Guerra Fría y en el que Coco Chanel y Christian Dior determinan la moda para las mujeres de la posguerra. Es ahí, precisamente, que germina la amalgama compleja entre lo social y lo natural, la viticultura se volvió fundamento para su pensamiento. Sus primeros estudios se forjaron en un colegio jesuita en París, el catolicismo, para él, seguirá siendo importante de tal manera que en su investigación doctoral incluye a autores relevantes en materia teológica-católica.
Más adelante, se propone trabajar en California y en otros tantos lugares sobre la sociología de la ciencia revelando cómo los científicos “componen” minuciosamente sus resultados reuniendo “aliados”, tanto humanos como no humanos, en cadenas de referencia que nos muestran la realidad. Esto dio lugar a una serie de estudios como “Vida de laboratorio” y “Ciencia en acción”, en el que en ambos textos nos propone que epistemología y ontología son lo mismo y viceversa (ja). Que no hay comprobación científica que caiga del cielo: la verdad es la que progresivamente va formando a los actores. Bruno es el filósofo de la “inmanencia trascendente” en una realidad fiel a la suma de sus partes. Hace énfasis en darle voz a la multiplicación de actores humanos y no humanos. Su obra más conocida (desconozco si la más aplaudida) es “Nunca fuimos modernos”, donde amplía una serie de intuiciones haciendo un análisis a la estructura ideológica de la sociedad de occidente.
Fue a inicios de este siglo que empieza a entablar una relación entre su visión filosófica y la crisis ambiental contemporánea, y es donde publica “Política de la naturaleza” y “Facing Gaia”. Partiendo de ahí es que propone un nuevo pensamiento sobre las interacciones responsables entre la humanidad y la naturaleza actualmente, incluyendo el concepto de Gaia como una forma de describir las relaciones complejas, delicadas e interconectadas que existen entre las entidades vivas y los entornos materiales que los habitan. Proponía que la humanidad debe llegar a entenderse a sí misma como insertada en nuestro sistema planetario, trabajando en sincronía y coordinación con todos los mecanismos que observamos ajenos. Latour señalaba la urgencia de mutar para llegar a una “política gaiana” en donde la sociedad global desarrollara la sensibilidad y los valores ecológicos para hacerle frente a la actual crisis ambiental y darle certeza a un futuro sostenible para todos. Ese pensamiento “gaiano” lo aplica precisamente ante los efectos recientes del Brexit, Trump y la pandemia en sus textos “Down to the Earth”, “After Lockdown y su reciente “Memo on the New Ecological Class”. El pasado 9 de octubre, Bruno Latour muere a causa de cáncer en el páncreas a los 75 años.
La ecología es la nueva lucha de clases, esta provocadora invitación sigue en pie, a sumarnos a una verdadera política ecológica en medio de este panorama de sobre ofertas ideológicas y de posicionamientos políticos sin sentido y sin una ruta clara. Descanse en paz.
