<strong>Un año del AIFA</strong>

0
101

Por Fernando Urbano

Hace unos días se cumplió un año que fue inaugurado e inició operaciones el tan anunciado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Aquel día el aeropuerto estaba lleno, nadie viajaba, pero había gente en los pasillos y en las salas de espera; algunos bailaban, otros cantaban alegorías al presidente, y uno que otro se dedicó a probar las tlayudas y demás antojitos de los puestos ambulantes que se instalaron ahí. Pero hoy, un año después, está solo, sin música, sin vuelos, sin pasajeros y sin tlayudas.

El famoso AIFA, no es otra cosa más que una bolsa sin fondo, no tiene vuelos, tampoco es funcional, lo único que tiene es un himno y excesivas pérdidas. 

Su simple construcción se llevó casi 116 mil millones de pesos, cifra muy superior a los 75 mil millones que había asegurado el presidente. En su primer año de “operaciones”, el presidente decidió asignarle 1370 millones de pesos en subsidios para poder mantenerlo funcionando. Todo esto, sin mencionar que fue inaugurado sin estar terminado.

El aeropuerto no representa ninguna conveniencia operativa y mucho menos económica para las aerolíneas. A partir de los primeros días de julio, las líneas de carga tendrán que usar este aeropuerto por decreto presidencial, pero como no cuenta con las necesidades básicas para dar el correcto servicio, las empresas se verán en la obligada necesidad de trasladar vía terrestre sus mercancías hasta el aeropuerto de la Ciudad de México.

El presidente no se cansa de presumir su mega obra, según sus afirmaciones el AIFA es el mejor aeropuerto de américa latina, pero no figura en ningún ranking, y por razones obvias tampoco figura entre los 100 mejores del mundo, al contrario, carece de muchas de las reglas operativas que señalan organismos internacionales.

El AIFA, es un fracaso, no cuenta con la infraestructura necesaria para absorber las operaciones del aeropuerto de la CdMx, y mucho menos para enfocarse en un mercado nuevo de pasajeros. Su oferta es excesivamente limitada para los usuarios, solamente cuenta con operaciones nacionales de Volaris, Viva Aerobús y Aeroméxico; internacionales Arajet, Copa Airlines y Conviasa. La baja demanda limita las operaciones del aeropuerto a 59 diarias.

La obra insignia del presidente es tan ineficiente que ni siquiera él mismísimo lo utiliza. De acuerdo con la agenda del presidente, aunque ha viajado a ciudades con las que se cuentan rutas desde el AIFA, el titular del ejecutivo no ha tomado ningún vuelo comercial en ese aeropuerto, y solamente una vez despegó de ahí con destino a Sonora, pero en un avión de la fuerza aérea, y otra de sus visitas fue para grabar un video para su cuarto informe de gobierno.

Pero para el presidente, el aeropuerto no sufre de errores técnicos y de operación, y mucho menos de falta conectividad, su baja demanda y deficiencias operativas son producto de un complot de los conservadores. El AIFA está muy lejano de las expectativas del presidente y todavía más de las metas proyectadas con las que se anunció. El único futuro seguro para la megaobra presidencial es convertirse en uno de los desastres financieros más gravosos del gobierno federal. 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí