Por Fernando Urbano
Desde mucho antes de la elección del 2018, se les dijo, era muy obvio lo que iba a pasar; no por nada constantemente se señalaba que era un peligro para México. Desde aquel día que se autonombró presidente legítimo en el zócalo, se podía ver que algo no estaba bien. Y aunque algunos hoy se asusten por sus acciones, él mismo nos hizo saber lo que pretendía al referirse con desprecio a las instituciones del estado mexicano y a la propia Constitución. Muchos no quisieron verlo, o pensaron que solamente era un discurso, pero desde siempre las decisiones de López han estado basadas en sus caprichos personales.
“Al diablo con sus instituciones”, no fueron solo palabras, y mucho menos una frase en un discurso era la visión ideal de López, un país sometido, reprimido, polarizada y sumido en el totalitarismo. Se les dijo y se les advirtió que las políticas de López Obrador iban a hacerle daño a México.
Aún y con todas esas señales, algunos se dejaron “encantar” por las palabras que ofrecían una utopía que prometían convertirnos en Noruega o Dinamarca. Otros más se dejaron llevar por ese discurso que señalaba que era necesario castigar a los partidos, y que él era mejor que cualquier otro. Le entregaron fe ciega, y hoy, todos y cada uno de esos que creyeron, son uno más de muchos arrepentidos y defraudados.
El presidente, es un inútil. No tiene la más mínima capacidad y carece a todas luces de lógica y de sentido común. Para lo único que es bueno, es para mentir, robar y traicionar, además de ser experto en preponderar la verdad selectiva, o los otros datos, por encima de la realidad.
Lopez vive en una mentira y esconde su fracaso en narrativas triunfalistas, y mítines que solo sirven para alimentar el circo mediático de la 4T. La realidad es que, con López, México es un país más violento, polarizado y desigual, en el que se degrada la justicia, se pone en riesgo la libertad y se desprecia a la democracia.
La 4T, ni Morena tienen compromiso con la izquierda, con los que menos tienen y mucho menos con México. No existe un municipio o un estado gobernado por Morena que no sufra del saqueo, la impunidad y la ineptitud. Todo lo que tocan López y su partido, lo destruyen.
Falta poco para el 3 de junio, el día a en que los coahuilenses y los mexiquenses podrán dejarle en claro a López y a su partido que no son invencibles; y la oposición demostrar que la organización, el trabajo en equipo y la unidad, son suficientes para llevarse de calle al oficialismo.