Por Néstor J. Hurtado Vera
No es por nada, pero sin lugar a dudas, la región sureste de Coahuila es actualmente una de las zonas más productivas del país y por ende de las más fuertes en desarrollo económico e industrial. Definitivamente se debe a muchos factores, pero los más relevantes son los siguientes; buena coordinación gubernamental, posición geográfica, condiciones de seguridad, calidad de vida y competitividad económica.
Muchos pudieran pensar que, mientras exista un buen punto geográfico, en automático existen condiciones para ser potencia económica, pero no. Casos hay de sobra, por ejemplo; Tamaulipas, que tiene puntos fronterizos importantes y ciudades cercanas, que nada más no despegan por la terrible inseguridad, asimismo zonas de Sonora, Chihuahua, San Luis Potosí o Zacatecas, quienes, por tener gobiernos desalineados, diera la impresión que en lugar de avanzar, han retrocedido.
Sólo para darnos una idea de la potencia económica que representa la región sureste, es que, según datos oficiales, Saltillo ha recibido más de 18 mil millones de pesos de inversión en lo que llevamos del 2023, y más de 15 mil empleos formales. Mientras que Ramos Arizpe logró una inversión de 1,250 millones de dólares, generando más de 14 mil empleos en el mismo periodo.
El ejemplo de Ramos Arizpe es único en todo el país, ya que, según datos del Gobierno de México, mientras existe una población de 122 mil habitantes, existen a la par 114 mil empleos formales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Reitero, ¿por qué siguen llegando inversiones y se siguen generando empleos?, porque además de las ventajas geográficas, el tema de la seguridad es una realidad, los gobiernos por primera vez en décadas, están “jalando” con la misma visión. Gracias a los esfuerzos del Gobierno de Coahuila, y al de los Ayuntamientos de Saltillo, Ramos Arizpe, General Cepeda y Arteaga, hoy la región sureste es una de las más dinámicas del país y la que ofrece estabilidad y paz a sus inversionistas y habitantes.
Debo reconocer que no recuerdo haber visto una coordinación tan estrecha como la que tienen hoy en día los cuatro alcaldes, por ejemplo, veía el informe del alcalde de Arteaga, quien detalló que, este año su administración invirtió 2.2 millones de pesos para inaugurar un centro de control y comando, donde estarán monitoreando puntos estratégicos de dicho municipio. Para nada una casualidad que Arteaga haya recibido 490 millones de dólares en inversión de 7 empresas.
Finalmente, General Cepeda, que es un municipio con apenas 11 mil habitantes y la mayoría se encuentra en sus ejidos, lograron este año convertirse en Pueblo Mágico, mientras que en materia de seguridad instalaron un sistema de videovigilancia por primera vez en su historia, asimismo este año firmaron el convenio de mando de coordinación policial con el estado, lo que habla de la disposición de mantener al Ayuntamiento en paz, mientras que en obras públicas invirtieron más de 15 millones de pesos.
En sencillas palabras, dicen que en política las cosas buenas también cuentan y sin duda toca reconocer al gobernador, Manolo Jiménez, al alcalde de Saltillo, José María Fraustro, al alcalde de Ramos Arizpe, José María Morales, al alcalde de Arteaga, Ramiro Durán y al alcalde de General Cepeda, Pablo Salas, porque están dando firme testimonio de que trabajando coordinados y sin “politiquerías”, las buenas noticias llegaron para quedarse.
