Por Néstor J. Hurtado Vera
Hace unas semanas, en este mismo espacio hice una editorial de algunas predicciones sobre lo que pudiera ser la administración del gobernador, Manolo Jiménez Salinas, y aunque terminé asegurando que, en lugar de predicciones, mejor las llamaba proyecciones, hoy quiero centrarme en el marco de la toma de protesta de nuestro nuevo gobernador, en un análisis objetivo; partiendo de una “radiografía” de dónde estamos parados y seguramente hacia a dónde vamos.
En términos médicos, la palabra “radiografía”, siempre se utiliza como punto de partida para tomar decisiones atinadas basándose en los resultados de determinados estudios, y en política, por cuestiones de lógica hemos replicado el modelo, ya que todo actor político responsable estudia la situación real y de ahí traza un plan de acciones para corregir lo que tiene solución, eliminando lo que no sirve y perfeccionando lo que va bien.
En el caso del gobernador número 177 en la historia de nuestro estado, Manolo Jiménez, sin duda esa “radiografía” la tiene muy bien estudiada, de hecho, mucho antes de que comenzara la campaña electoral, y me atrevo a decir que, como buen ingeniero, todo lo basó en análisis profundos de la situación de nuestra entidad, para de ahí comenzar una ruta de trabajo que lleve a Coahuila, como ya lo ha mencionado al “siguiente nivel”.
No fue cosa menor que desde campaña, el candidato más estructurado en propuestas fuera el ahora gobernador, y esto se debía a que todo partía de estudios serios y planificados, mezclando proyecciones y metas “alcanzables” con los recursos con los que dispone nuestro estado. Pero concretamente, del punto en el que estamos, ¿hacia dónde pudiéramos llegar?
Hoy Coahuila vive uno de sus mejores momentos en la historia moderna, ya que, en seguridad, en economía, en calidad de vida, en infraestructura y en salud hay buenos indicadores y aunque todos los rubros son altamente relevantes, creo que la gestión de Jiménez Salinas concentrará sus esfuerzos en seguridad, economía, salud, desarrollo social e infraestructura.
Hoy en día, y después de una exitosa administración de Miguel Riquelme, Coahuila es el segundo estado más seguro de México, el tercer lugar nacional en competitividad económica, el cuarto lugar en generación de empleos y primer lugar en formalidad laboral, asimismo el segundo lugar nacional con mayor valor en sus exportaciones.
No se necesita ser un genio para entender hacia dónde va la nueva administración, y a mi consideración, aunque sostengo que se trabajará en todos los ejes, su prioridad se centrará en los cinco ya mencionados, que es donde sencillamente los coahuilenses piden más intervención del estado.
Como decimos permanentemente; si hay seguridad hay economía y si hay economía, viene todo lo demás. Eso en un estado tan grande y tan dinámico, y con un gobernador que pensará con mucha lógica, hará de estos temas, la columna vertebral de su gobierno.
En este mismo espacio editorial señalé que el exgobernador, Riquelme Solís dejaría la “vara alta”, pero por bien de Coahuila, espero que Jiménez Salinas supere todas y cada una de las metas alcanzadas. ¡Que Dios bendiga a Coahuila!