Por Israel Reyes
El poder y el saber, dos conceptos que han estado vinculados estrechamente a lo largo de la historia de la humanidad, pero ¿qué ocurre cuando esta combinación se sale de control? Es importante destacar la brecha de acceso al conocimiento en el mundo actual, donde los recursos materiales y las oportunidades educativas no son equitativos. Las personas con menos recursos a menudo tienen acceso limitado al conocimiento y al poder que éste ofrece, lo que perpetúa y amplía las desigualdades sociales y económicas en todo el mundo.
Desde hace años, hemos sido testigos de cómo la tecnología ha cambiado radicalmente la forma en que accedemos a la información y cómo la consumimos, lo que ha llevado a un aumento desproporcionado del poder de las grandes empresas tecnológicas. Pero ¿qué ocurre cuando este poder se utiliza para controlar el saber de la sociedad? La tecnología y la digitalización traen nuevas oportunidades de acceso al conocimiento, pero también plantean riesgos para la privacidad y el control, ya que la recopilación masiva de datos y la censura pueden limitar el conocimiento disponible y promover ciertas narrativas o agendas a expensas de la verdad y la diversidad de opiniones.
Existen varios casos en los que las grandes empresas tecnológicas han utilizado su poder para controlar el flujo de información de una manera que se beneficia a sus intereses. Un ejemplo de esto es el algoritmo de Facebook que selecciona nuestra información de acuerdo a nuestros intereses, lo que puede limitar el acceso a información alternativa que no está en línea con nuestro pensamiento actual. Lo que preocupa es que, a medida que la tecnología avanza, el poder y el saber se están fusionando en términos cada vez más peligrosos. El poder de las grandes empresas tecnológicas y de los gobiernos sobre la información está llegando a un punto en el que la sociedad puede estar controlada y manipulada sin siquiera darse cuenta.
También es importante destacar cómo el poder y el conocimiento se combinan en muchos dominios, como la política, la ciencia y la cultura. En todos estos campos, el acceso al conocimiento y la capacidad de definir lo que se considera “verdad” y “valioso” puede ser una herramienta poderosa de control y manipulación. Por ejemplo, en la política, el conocimiento puede ser utilizado para justificar políticas injustas o apoyar ciertas agendas a expensas de otros grupos o comunidades. En la ciencia, el poder para definir qué perspectivas y áreas de investigación son valiosas puede limitar el potencial descubrimiento de nuevas ideas y avances.
Aunque suene un poco ñoño es relevante plantear o replantear (¿?) la necesidad de una ética en la tecnología. Un código ético que garantice que el poder y el saber se utilicen de forma transparente y responsable. Como sociedad, es fundamental que empecemos a exigir una mayor transparencia por parte de las empresas tecnológicas y del gobierno en cuanto a la información que manejan. De igual forma, necesitamos una educación adecuada sobre el poder y el saber, para que así podamos reconocer las dinámicas de control y manipulación que pueden estar sucediendo a nuestro alrededor.
Esa compleja relación entre el poder y el saber puede resultar en algo muy peligroso en manos equivocadas. Es crucial que tomemos medidas para evitar que el poder de la tecnología nos controle y manipule. El futuro de nuestra sociedad depende de ello.
