Por Israel Reyes
Dicen que cada cabeza es un mundo. Arthur Miller sostenía que el carácter de una persona lo determinan los problemas que no puede eludir y el remordimiento que le provocan los que ha eludido. Y no vengo aquí a dar un sermón sobre este amplio tema, sólo dejemos lo básico. El término carácter proviene del griego y significa ‘marca’ o ‘incisión’. En términos generales, el carácter es la manera en que una persona actúa habitualmente ante diversas situaciones.
A menudo, se define el carácter de alguien a partir de un rasgo principal de su personalidad. Por ejemplo, si una persona suele ser generosa y desprendida, se le llama altruista; si tiende a guardar rencor y le cuesta perdonar, se le dice rencorosa. Estas son generalizaciones basadas en comportamientos predominantes.
Es cuando nos enteramos de los procederes y maneras de actuar de las políticas y políticos, ya sea de forma somera y profunda, que optamos por tomar partido sobre ellos. Sus formas de proceder son importantísimas para su imagen y también para los resultados que ellos mismos desean. Un político que he llegado a admirar un poco de apellido Reyes Heroles llegó a decir que en política la forma es fondo. Yo agregaría que en la vida misma esa frase tiene peso y vigencia.
La política es básicamente todo lo relacionado con cómo tomamos decisiones en grupo y cómo se manejan las relaciones de poder, como repartir recursos o decidir quién tiene más influencia. También es el arte y la práctica de gobernar, promoviendo que la gente participe y asegurando que se use el poder para el bien de la sociedad.
La política puede ser vista de manera positiva cuando se trata de encontrar soluciones comprometedoras y pacíficas, o puede ser simplemente “el arte de gobernar”. Sin embargo, a veces tiene una connotación negativa. Por ejemplo, el abolicionista Wendell Phillips decía que “no jugamos a la política; la lucha contra la esclavitud no es una broma para nosotros”. La política ha sido definida de muchas maneras y hay diferentes puntos de vista sobre si debería ser usada de manera amplia o limitada, si debe ser práctica o teórica, y si el conflicto o la cooperación son más importantes. En esencia, la política es el estudio del poder y la capacidad de influir en los demás, incluso cuando no están de acuerdo.
En la política, se usan muchos métodos diferentes, como promover ideas, negociar con otros, crear leyes y, en algunos casos, usar la fuerza, incluso la guerra. La política se practica en todos los niveles de la sociedad, desde pequeñas comunidades tradicionales hasta gobiernos locales, empresas, instituciones y estados nacionales, e incluso a nivel internacional.
Entonces cuando te digan o que llegues a pensar que la política no es lo tuyo, replantéate aquello que dijo Aristóteles: El hombre es por naturaleza un animal político… Sólo el hombre entre los animales posee la palabra; la voz, por su parte, únicamente sirve para significar placer y dolor, motivo por el cual pertenece a los demás animales por igual… mientras que la palabra sirve para expresar lo conveniente y lo nocivo y, por lo mismo, también lo justo y lo injusto; esto, en efecto, es lo propio y característico de los hombres con relación a los demás animales, a saber, el tener sensación del bien y del mal, de lo justo y lo injusto, así como de las demás cualidades de esta índole, y la comunidad de tales sentimientos da lugar a la familia y a la ciudad.
