Néstor J. Hurtado Vera.
Como sabemos, el martes pasado, fue el día límite que tuvieron los partidos políticos para presentar ante la autoridad electoral, la propuesta de convenio de coalición, y mientras la izquierda va con Morena, el PT y el PVEM, la otra coalición estará integrada por PRI, PRD y UDC, mientras que MC jugará solo, al igual que el PAN.
Y cuando todos creíamos que la nota la daba Lenin Pérez por su falta de acuerdos con Morena, resulta que Marko Cortés se aventó un oso monumental y con una desfachatez total, impidió al panismo local ir en alianza con el PRI, esto porque desde su óptica, merecían ser quienes abanderaran la candidatura de la coalición en Torreón para la elección del próximo 2 de junio.
Aquí quiero ser muy claro, a pesar de que Marko Cortés habló a nombre de todo el panismo, obviamente por ser el presidente nacional, debo decir que desde ese día y hasta ahora, en el PAN se hicieron 2 bandos, por un lado un grupo muy mermado integrado por Marko, así como por Marcelo Torres Cofiño, y por el otro lado, todo el panismo local, desde su presidenta estatal, Elisa Maldonado, así como alcaldes, diputados, regidores, líderes municipales y otros personajes que desde el año pasado se han manifestado a favor de la alianza.
Es muy importante señalar, que, en Coahuila, a diferencia de muchos estados, la alianza si funcionó, al grado de arrasar con más de 765 mil votos en la elección del año pasado, esto el contexto de un país altamente polarizado.
Sencillamente, mientras, por ejemplo, la candidata presidencial, Xóchitl Gálvez no logra unificar a los críticos de la 4T, en Coahuila ese esfuerzo ya había dado resultados contundentes, de hecho, recuerdo alguna declaración de Xóchitl en el sentido de que, para ganar en México, se necesitaba replicar el modelo Coahuila.
¿Pero que significó esto para Marko Cortés?, si me lo pregunta y si perdonan mi irreverencia, lo resumiría en que es un tipo con elevados índices de torpeza, que se dejó llevar por una “calentura personal”, mandando al diablo meses de trabajo de los panistas coahuilenses con el gobernador, Manolo Jiménez.
En este análisis, quiero destacar el papel de Manolo Jiménez, quien en todo momento se comportó a la altura de las circunstancias, y aunque respondió con contundencia, no cayó en la “corrientada” del líder nacional del PAN. Me agradó que a pesar del oso de Marko, dijo seguiría haciendo equipo con el panismo local, porque el punto de encuentro es Coahuila.
No es cosa menor que por primera vez en la historia de Coahuila se haya logrado un gobierno de coalición, y aunque muchos critiquen esta alianza, yo siempre veré positivo que se lleguen a acuerdos políticos y desde ahí se construyan agendas en favor de todas y todos.
Quiero hacer énfasis en que como politólogo siempre estaré en favor de los gobiernos de coalición, solo como ejemplo, hoy en día estos modelos son utilizados en Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Polonia, República Checa, Suiza, Países Bajos, Finlandia, Suecia, entre otros de primer mundo, y por eso como ciudadano valoro el esfuerzo que hicieron en las elecciones pasadas el PRI-PAN y PRD en nuestro estado.
Definitivamente la “burrada” de Marko Cortés debe hacerlo reflexionar sobre su continuidad en el CEN del PAN, coincido con las voces que exigen su renuncia. Si con estos criterios negocia, ahora entiendo por qué el panismo se desplomó desde su llegada.