Néstor J. Hurtado Vera.
Definitivamente, México tiene una oportunidad histórica de recomponer el camino, ya que después de tanta polarización, miles de discursos presidenciales y cientos de ataques a las instituciones autónomas, existe la percepción de que hemos retrocedido en aspectos que pensábamos se habían superado, pero creo firmemente en que todavía estamos a tiempo de rescatar a nuestro país.
La jornada electoral del pasado 2 de junio, sin duda fue histórica, ya que además de que elegimos a la primera Presidenta de México en la historia, demostramos que tenemos a un Instituto Nacional Electoral (INE) sólido, que a pesar de los intentos de debilitamiento de parte del Poder Ejecutivo Federal, resistió y permitió respetar la voluntad de las mayorías.
Gracias al trabajo conjunto entre el INE y los organismos públicos electorales en los estados, se cuidó la voluntad ciudadana de millones de mexicanos y mexicanas que salieron a las urnas a votar libremente.
Además del triunfo contundente de Claudia Sheinbaum, vimos casos destacados en donde se puso a prueba la efectividad de los árbitros electorales, como en Aguascalientes, en donde la panista Xóchitl Gálvez se llevó el triunfo, o estados como Jalisco, en donde Movimiento Ciudadano ganó la elección a gobernador, o en Guanajuato, donde el PAN se alzó con la victoria de igual forma, en la gubernatura.
Ahora si que, en sencillas palabras, nos podremos quejar de todo, menos de fraudes electorales, gracias a la fortaleza de las instituciones de México.
El pasado 10 de junio, los organismos garantes de transparencia de todo el país, invitaron a la virtual presidenta electa a un diálogo abierto en favor del fortalecimiento de dichas instituciones, que entre muchas cosas; garantizan la rendición de cuentas, el acceso a la información pública y la protección de datos personales.
Sin lugar a dudas, las y los comisionados de los organismos que garantizan la transparencia, como el Instituto Coahuilense de Acceso a la Información Pública (ICAI), tienen toda la razón, ya que es con diálogo como se pueden trazar rutas para perfeccionar el rumbo de dichas instituciones y con ello garantizar el respeto a los derechos humanos, la rendición de cuentas, la transparencia gubernamental y la honestidad en el servicio público.
Coincido con la Comisionada Presidenta del ICAI, Dulce Fuentes, ya que la transparencia en el actuar del gobierno, surgió de la misma ciudadanía como exigencia hace 20 años, y gracias a este contrapeso, hoy se garantiza el acceso a la información pública y la protección de datos personales.
Además, gracias a esto, se han destapado muchos casos de corrupción en todo México, por lo que, en lugar de debilitar a los organismos garantes de transparencia, deberíamos de estar pensando cómo les otorgamos “más dientes” y autonomía.
Concretamente, si en realidad se quiere reivindicar la vida pública de México, lo que se tiene que hacer es relativamente sencillo y consiste en abandonar el camino “polarizador”, llamar a la reconciliación nacional y fortalecer a nuestro aparato de instituciones autónomas y con ello a nuestro andamiaje democrático.
Si no actuamos así, podemos caer en un pozo muy profundo, del que podría costarnos décadas salir, por lo que espero de corazón que la próxima presidenta, así como los próximos legisladores, tengan muy en claro este panorama.
