Movimiento verde

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Hace cincuenta años, aproximadamente en 1970 es cuando iniciamos de manera seria lo que se determina como ecologismo político. Resulta inverosímil la influencia que se ha tenido hasta nuestros días. Ahora se encuentra en políticas públicas, protestas ciudadanas y debates políticos, vaya, es un tema que irá en incremento para el futuro de las sociedades. Así como el desarrollo de este asunto con agenda aparte de cualquier otro, también se ha convertido en un tema polarizante. Esto precisamente es lo que exige una amplitud para aclarar los distintos puntos. 
El ecologismo o también llamado movimiento verde ha llegado a tal magnitud de influencia que ha inspirado distintas protestas juveniles con el fin de alertarnos sobre el riesgo de lo que pudiera ocurrir ya no a largo plazo sino a lo inmediato. Tan relevante que fue incluido entre los movimientos “posmaterialistas” con diversos temas pendientes en el tintero desde la mitad del siglo XX. A diferencia de los “materialistas”, estos exigían igualdad entre los géneros y protección del mundo natural.
Desde aquellos tiempos la sustentabilidad ambiental era un lujo que solo podían permitirse los países desarrollados, hoy nos queda claro que esto constituye un menester que compromete por igual a todos los habitantes del planeta. No solo se trata de generar las condiciones para lograr entornos amigables, también se trata de impedir que el calentamiento global y el resto de los efectos disruptivos que se caracterizan en el Antropoceno (la era humana, pues) hagan de nuestro mundo un lugar inhabitable para nuestra especie. 
Entender con precisión dónde irá a parar la humanidad, dónde aterrizará (parafraseando al difunto pensador Bruno Latour) está sumamente complicado. Empero si no deseamos un aterrizaje forzoso, es vital reconocer la urgencia de políticas públicas, la conducta del mercado, el desarrollo tecnológico, entre otros factores. En esto precisamente, las democracias se encuentran con mayor sustento a diferencia de las autocracias: su rendimiento medioambiental ha sido históricamente superior y no ha sido casualidad que en ellas donde continúe este movimiento verde. Pero no todo es miel sobre hojuelas, es también en las democracias donde emanan esos extremismos que determinan un rumbo erróneo para la materialización de una sociedad sostenible y próspera, es decir, el ecologismo radical y el negacionismo conservador. 
Solo para concluir, porque también en las democracias suceden este tipo de errores en la matrix. Cuando Hitler ingresó al partido Nazi, lo hizo inspirado en el trabajo y pensamiento de un tipo llamado Gregor Strassner, que por cierto, el sí era socialista. Después de todo esto, Hitler llegó a la cúspide de ese partido limpiándolo de todo de todos los socialistas inmersos dejando solo el nombre porque apelaba a las causas populares, esto ocurre en la actualidad con el Partido Verde de México. 

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