Mitos oscuros

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Por Israel Reyes

La mitología grecorromana está llena de historias que capturan las pasiones más intensas y, a menudo, oscuras de la humanidad. Los mitos no sólo nos cuentan sobre dioses y héroes, sino también sobre los deseos y las filias que han movido a las civilizaciones antiguas. Desde amores prohibidos hasta episodios de violencia sexual, las leyendas griegas y romanas revelan un mundo donde la pasión y la tragedia se entrelazan de manera inseparable.

Uno de los mitos más apasionantes y perturbadores es el de Fedra. Fedra, una princesa cretense, se casa con Teseo, el rey de Atenas, quien ya tenía un pasado amoroso complicado con su hermana Ariadna y con la amazona Antíope, madre de su hijo Hipólito.

Hipólito es un joven devoto de la naturaleza y desprecia a las mujeres. Sin embargo, Fedra desarrolla una pasión enfermiza por su hijastro, un amor prohibido que la consume.

Al confesar su amor, es rechazada por Hipólito, lo que la lleva a una desesperación tal que se suicida, no sin antes acusar falsamente a Hipólito de haberla violado. Esta tragedia, contada por Eurípides y Séneca, muestra cómo las pasiones incontrolables pueden llevar a la destrucción.

La historia de Fedra es solo una parte del legado oscuro de su familia. Su madre, Pasífae, protagoniza uno de los mitos más extraños y perturbadores. Minos, rey de Creta, desobedece a Poseidón al no sacrificar un toro blanco. Como castigo, el dios del mar hace que Pasífae se enamore del toro. Con la ayuda del inventor Dédalo, Pasífae logra satisfacer su deseo, dando lugar al nacimiento del Minotauro, una criatura mitad hombre,

mitad toro. Este mito revela la profundidad de las pasiones y los castigos divinos en la mitología.

Otra historia que destaca es la de Atalanta, una joven cazadora consagrada a la diosa Ártemis que decide permanecer virgen. Atalanta promete casarse con quien pueda vencerla en una carrera, matando a los perdedores. Hipómenes, con la ayuda de Afrodita, la vence utilizando manzanas doradas para distraerla. Su pasión es tan intensa que terminan profanando un santuario, siendo ambos transformados en leones por Cibeles.

Esta historia, narrada por Ovidio, nos muestra cómo la pasión puede llevar a la perdición.

La infidelidad es un tema recurrente en la mitología grecorromana. Afrodita, insatisfecha con su matrimonio con Hefesto, lo engaña repetidamente con Ares. Hefesto, al descubrirlos, los atrapa con una red invisible y llama a los dioses para burlarse de ellos.

Pero, sin duda, el rey de las infidelidades es Zeus. Sus innumerables aventuras amorosas, muchas veces no consensuadas, y las represalias de su esposa Hera, que castiga a las amantes, son legendarias. Estas historias revelan las complejidades y los excesos de los dioses, reflejando a menudo las propias conductas humanas.

Las historias de Fedra, Pasífae, Atalanta, Afrodita y Zeus son solo algunas de las muchas que pueblan la mitología grecorromana. Estos mitos no solo entretienen, sino que también nos ofrecen una visión profunda de las pasiones humanas. Las narrativas de amor, deseo, traición y venganza en estos mitos reflejan los aspectos más oscuros y complejos de la condición humana.

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