Por Fernando Urbano
Hace una semana dieron inició las campañas en Coahuila, y con números muy claros, Manolo Jiménez, de la coalición PRI-PAN-PRD, encabeza las preferencias de todas las encuestas, con al menos 18 puntos por encima del Senador con licencia, Armando Guadiana, aunque las más conservadoras le dan una ventaja de por lo menos 9 puntos. A las preferencias también hay que sumarle que Coahuila tiene un gobernador muy bien evaluado, las fortalezas de Miguel Riquelme, también suman.
Esta primera semana y las restantes son sólo un trámite necesario para llegar el día de la elección y ratificar lo que a todas luces un hecho, Manolo Jimenez será gobernador de Coahuila
No hay manera de qué no lo sea, basta con concentrarse en los arranques de campaña y ver más allá de los asistentes, si ponemos atención podemos darnos cuenta qué candidatos tienen estrategia y cuáles no tienen la más mínima idea de qué están haciendo.
Y si de votos hablamos, la simple base de electores, o del voto duro, de cada uno de los partidos que integran la coalición es suficiente para obtener el triunfo; aunque los números de Manolo van más allá de la base que le aportarán los partidos, sin dudarlo tendrá una cantidad importante de votos adicionales que vendrán de la sociedad civil.
Esta no es la primera elección de Manolo, y en todos sus encargos, además de ganar, ha dado siempre buenos resultados. Ha ganado en todas las elecciones en donde ha competido, primero como presidente seccional en el 731 de la colonia Brisas Poniente, después fue regidor, diputado local, dos veces alcalde, cargo en el que fue reelecto, y su último encargo fue como secretario de Desarrollo Social e Inclusión.
Algo que también abona al anunciado triunfo de Manolo, es la división al interior de la 4T, y no por sus números, si no porque de entrada causó de manera inmediata la percepción de triunfo; e hizo que se se generará incertidumbre al interior del anti priismo que al día de hoy no saben para dónde irse.
El segundo lugar en la elección, ya está asignado, y quedará muy por debajo del primero, el senador con licencia, y sus números votos vendrán del clientelismo forzado y manipulado que ha creado el oficialismo.
El próximo gobernador no es ningún improvisado, y ya tiene claro lo qué hay que hacer en su sexenio, priorizar la seguridad, el desarrollo económico, reforzar el sistema de salud y el empoderamiento de las mujeres, más acciones para la niñez y la juventud, cuidado del medio ambiente y un gobierno ciudadano y eficiente.
Las prioridades que garantiza el próximo gobernador para Coahuila es que el estado seguirá blindado ante el crimen organizado y se consolidará como un estado seguro y en orden.
