¿Los políticos mienten?

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Por Israel Reyes 

La sofística era una escuela de pensamiento en la antigua Grecia que se centraba en el uso de la retórica y la persuasión en los discursos públicos. Aunque los sofistas fueron criticados por Platón por su falta de compromiso con la verdad, su influencia en la política moderna es innegable. En la actualidad, muchos políticos usan técnicas sofísticas para persuadir a los votantes y ganar elecciones, y es importante que todos seamos conscientes de estas técnicas y sepamos cómo detectarlas.

Un ejemplo de la sofística en la política moderna es la venta del concepto de “posverdad”. La posverdad se refiere a la idea de que la opinión pública se basa en emociones y creencias personales, en lugar de hechos y datos objetivos. Muchos políticos utilizan este concepto para justificar las mentiras y exageraciones en sus discursos públicos. En este caso, el sofismo se utiliza para distorsionar la verdad y manipular a los votantes con fines políticos.

Otro ejemplo de la sofística en la política moderna se puede ver en el uso de promesas vacías. Muchos políticos prometen cosas en campaña que saben que no podrán cumplir. Sin embargo, utilizan estas promesas para ganar simpatía y apoyo de los votantes en el corto plazo. Aquí, el sofismo se utiliza para ganar poder e influencia, aunque sea a costa de la credibilidad y la integridad.

Es importante tener en cuenta que no todos los políticos utilizan la sofística en sus discursos públicos. Algunos políticos son honestos y transparentes en sus comunicaciones, o en trayecto eso intentan, y buscan ganarse a los votantes con argumentos sólidos y propuestas realistas. Sin embargo, es importante que todos estemos alerta a la sofística y a las técnicas retóricas utilizadas por aquellos que intenten manipular las emociones y creencias de los votantes con fines políticos.

La sofística sigue siendo relevante en la política moderna, pero se ha utilizado de manera más sutil. Los políticos modernos pueden utilizar técnicas sofísticas para manipular la opinión pública, pero también hay políticos que buscan la transparencia y la honestidad en sus discursos. Por lo tanto, es importante que los ciudadanos seamos más conscientes de estas técnicas y sepamos cómo detectarlas para poder tomar decisiones informadas en las elecciones.

Para entender mejor cómo funciona la sofística en la política moderna, podemos analizar un ejemplo. En las elecciones de 2016 en los Estados Unidos, el candidato republicano Donald Trump utilizó técnicas sofísticas en sus discursos para ganar el apoyo de los votantes. Por ejemplo, hizo afirmaciones exageradas o falsas sobre temas como la inmigración y el comercio internacional, generando controversia en la prensa y ampliando su presencia en los medios de comunicación. También utilizó un lenguaje sencillo y directo para conectar con la audiencia y crear un sentido de comunidad con sus seguidores.

Sin embargo, otros políticos también han utilizado la sofística en campañas políticas en todo el mundo. Por ejemplo, algunos políticos han utilizado la propaganda engañosa o la discriminación para persuadir a los votantes. En algunos casos, los políticos han utilizado técnicas de manipulación emocional para dirigir el voto de los electores en una dirección determinada.

Es importante que los votantes sean conscientes de estas técnicas y sepan cómo detectarlas para poder discernir la verdad. Los ciudadanos pueden educarse en el análisis crítico de la información de los medios de comunicación y buscar fuentes fiables de información. Además, los periodistas y los medios de comunicación también tienen una responsabilidad crucial en la explicación y la divulgación de la información.

A pesar de la fácil accesibilidad a los saberes en la actualidad, la separación entre el ámbito de la investigación y los saberes aceptados como verdaderos sigue siendo evidente. El desafío es unir lo aprendido con una mirada propia y lo más certera posible de la realidad, que requiere un esfuerzo propio y una conciencia de este deber. Por ello, los principios de la sofística de promover el aprendizaje práctico y los saberes útiles, así como una visión de creencias de la especie humana y del cosmos, están de moda en la actualidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos principios no representan un verdadero conocimiento a menos que se demuestren con métodos rigurosos.

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