Por Jesús Alvarado
Lo que el vecino del país del norte haga en casi todas sus materias ocasiona algo relativo a nuestra nación, ya sea positivo o negativo. Las políticas de migración de Biden, presidente de USA, ha hecho que el cruce de mexicanos a territorio norteamericano sea mayor el número de personas que cruzan de forma legal, que el de las que lo hacen de manera ilegal.
Nuestra economía mexicana está ligada de manera muy directa con la de los Estados Unidos de América. En territorio Yanki –representación mundial de los norteamericanos- viven 38 millones de mexicanos, entre quienes son mexicoestadounidenses, así como quienes solo tienen la nacionalidad azteca.
Siempre es mejor lo legal que lo ilegal. Aunque es cierto que miles de mexicanos utilizan su visa de turista para trabajar manera que viola la ley, esto permite que solo estén de manera temporal, evitando una sobre población en el vecino país del norte.
Una migración ordenada, permite el flujo del comercio, dejando dividendos económicos para ambos países. Los gringos –con ese lenguaje- mantienen mano de obra calificada tanto para la construcción, agricultura y ganadería, entre otras tantas áreas, como indispensable la entrada de divisas para las familias en México.
En los últimos 7 años, el flujo de migrantes ha crecido derivado de la inmersión de caravanas provenientes de Cuba, Haití, Honduras, El Salvador, Guatemala, Venezuela, y otros países que, aunado a una mala economía, sufren de extrema violencia en su territorio.
México no solo tiene en sus manos la oportunidad histórica de tener una migración controlada y regulada no solo hacia los Estados Unidos, sino hacia Canadá. ¿Qué esperan estos países de nosotros? Que controlemos nuestras fronteras. Que mantengamos niveles positivos de seguridad, y nuestro sistema educativo genere recurso humano altamente competitivo.
El idioma no es un impedimento. México es el eslabón perdido, sin rumbo, que le falta a norte américa – Canadá, Estados Unidos y México- para ser la región más competitiva y de mayor economía. México es la frontera sur de pesadilla para estos dos países, que no es capaz de generar confianza.
Un tridente económico no es un sueño guajiro entre los países en mención. Somos la parte de la historia que no ha querido hacer historia.
No se trata de vendernos a tales países. Claro, que México debe mantener su autonomía. Pero cada vez queremos mirar más hacia el sur –Cuba, El Salvador y Venezuela- y hacia allá no está el desarrollo.
Los números nos marcan que en esta parte de la política de migración Joe Biden no se ha equivocado. Pero históricamente nuestros dos socios comerciales del norte nos han puesto oportunidades que hemos ido desaprovechando. Tampoco crea usted que nos la dan por angelitos.
EL REMATE
Se equivocan quienes celebran que en México se ha reducido la pobreza. Es una farsa, un disfraz, una simulación total. Quítenle esas becas –por ahora en base a sostenimiento de ellas vía deuda- a los estudiantes, personas de la tercera edad y apoyos para emprendimiento que han fracasado.
Veras que nuevamente esas familias batallaran. El modelo está equivocado, el gobierno debe crear mayor empleo y sí, sueldos bien pagados, bien remunerados. El camino a reducir la pobreza no conlleva dotarles de dinero gratuito.
Incrementar el sueldo base fue algo positivo. Incrementar el número de vacaciones es positivo. Pero faltan muchos más factores para poder sacar a la población del país de los diferentes niveles de pobreza en que viven.
