La otra campaña, segunda parte 

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Por Fernando Urbano

Como ya se lo había adelantado en la edición número 108 de esta revista, puntualmente el 5 de febrero, en voz del propio presidente, atrincherado en Palacio Nacional, y acompañado por sus más leales subordinados, se echó a andar la estrategia electoral del lopezobradorismo, disfrazada de 20 intentos de reformas constitucionales, que serán parte de la narrativa presidencial en los meses siguientes para intervenir descaradamente en el proceso electoral. Ya lo habíamos explicado, las propuestas de su alteza serenísima están destinadas al fracaso, pues no cuentan con los legisladores necesarios para sacar su votación. 

La discusión en las cámaras es inevitable, lo importante es cuál será la estrategia de la oposición, para adueñarse de la narrativa del oficialismo, ya que no pueden dejar de lado esta oportunidad que exhibe de cuerpo completo lo que pretende realmente el lopezobradorismo, al reconfigurar la estructura y las bases del gobierno. Hay que argumentar de forma convincente. El debate lleva también riesgos importantes, y la oposición puede enfrascarse en una interminable discusión con el presidente que acaparará todos los reflectores, y le restará importancia a la carrera presidencial. 

La estrategia de AMLO también pretende que no se evalúe su gobierno, y se dejen de lado por ejemplo las escandalosas cifras que arrastra en temas de seguridad, o se olviden los números casos de tráfico de influencias que lo rodean, y que bien usados, son puntos negativos que pueden llevar al fracaso a la candidata del oficialismo. Pero el gran reto es evitar que la competencia presidencial sea entre la oposición, su candidata y López Obrador.  La contienda electoral debe ser entre Xóchitl y Claudia. 

La responsabilidad mayor, es de  Xóchitl Gálvez, que debe construir su campaña en  propuestas que tengan la capacidad de hacer frente a las reformas del presidente, y que inmediatamente trasciendan en la discusión diaria de la sociedad, y se apropien de la narrativa oficialista. 

La agenda de la oposición debe centrarse en temas que son importantes y laceran gravemente a los mexicanos como la escasez de medicamentos, del agua, el recrudecimiento de la violencia, la delincuencia, la pobreza, el desempleo, la falta de calidad en la educación, o la grave fragilidad de las finanzas públicas, temas que además trastornan directamente al presidente, además de los temas que más lo afectan, la intromisión de sus hijos en contratos gubernamentales, su cercana relación con el narcotráfico y el financiamiento de una organización criminal a su campaña. Hay herramientas suficientes, para que la narrativa esté completamente en contra del presidente. 

El 1 de marzo inicia la verdadera campaña, y será una elección de estado, que  culminará con un grave conflicto poselectoral. Mientras tanto, el Presidente continuará usando el poder para amenazar, acusar y exhibir a quien él considere puede interferir en el triunfo de su candidata. A Claudia no le queda más que ajustarse a los hilos que le ha puesto Andrés Manuel, agachar la cabeza y reducir su espacio a la ya limitada zona a la que la asignó el presidente, sin poder ni siquiera levantar la ceja, mover un dedo o atreverse a tomar alguna decisión. 

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