Por Israel Reyes
Puede sonar un poco exagerado pero esta elección es una de las más importantes para México. Después de salir avante de una pandemia global y una economía en recesión, tenemos una oportunidad única para elegir a líderes que los representen y trabajen por su bienestar. Pero la presión en esta elección es mayor que nunca, ya que las apuestas son altas y el futuro de México está en juego. El Estado de México es la entidad con la lista nominal más amplia que el resto y Coahuila, como ningún otro, es el estado con indicadores de seguridad sin precedentes en el norte del país.
Los resultados de las elecciones decidirán no sólo el futuro político de actores y partidos, sino también el rumbo de la nación en su conjunto. Se elegirán nuevos gobernadores, alcaldes y legisladores, y estos líderes tendrán una gran responsabilidad. La corrupción, la inseguridad, la escasez, entre otros rubros importantes siguen en la repisa de espera para que toda esta clase se encargue de lo que le corresponde.
Las campañas han estado marcadas por la tensión y la polarización, un estilo muy conveniente y efectivo para el ejecutivo federal. Los candidatos de distintos partidos han hecho acusaciones duras y se han atacado mutuamente, lo que ha dejado una sensación de división y enfrentamiento entre los ciudadanos. La importancia de esta elección ha generado una gran presión en las autoridades electorales, los candidatos y la prensa ha logrado poner a los OPLES en el ojo del huracán.
Las corcholatas no dejan de hacer proselitismo, la oposición sigue sin dar pie con bola, su preocupación ha sido sacar de las casillas al presidente dejando a un lado la conexión con lo más importante: la ciudadanía. Y el presidente sacando provecho para llegar holgados al triunfo del 2024. La constante ha sido el terrorismo político, ¿a qué me refiero con esto? A que el nivel de amenazas y operación en contra de instituciones autónomas, como ahora la SCJN, pasando de la descalificación a hacer una acusación grave como la de dar “un golpe de estado técnico”.
Como cosa hecha adrede se tapa el sol con el dedo siendo esta la administración con más homicidios dolosos en la historia. Sin embargo, no hay quién, hasta ahora, que pueda hacerle frente al tapado de López Obrador. Coahuila y EDOMEX son importantes, son relevantes, este pulso previo al 2024 pueden fincar esperanza o desánimo. Aunque las encuestas ya den por hecho el triunfo la moneda sigue en el aire.
El resultado de las elecciones tendrá implicaciones a largo plazo para el futuro de México, lo digo en serio. La elección es una oportunidad para que la ciudadanía muestre el músculo en las urnas y elijan a líderes que trabajen para lo que fueron electos. Dejarlo en manos de las estructuras ya no puede ser una opción, sería continuar con lo mismo. La importancia del 2023 no es menor, no es ajena para ti ni para mí. Hagamos lo propio, no solo con votar, también con exigir, levantar la voz y hacer valer nuestros derechos.
