LA CAÍDA

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Por Fernando Urbano

24 horas fueron suficientes para que se desvaneciera el terreno ganado de Movimiento Ciudadano. Es mentira que crecieron hasta llegar al segundo lugar en las preferencias, pero al menos llegaron a aspirar a obtener por lo menos un 7% de los votos del próximo año.

El partido de Dante Delgado tiene una historia larga y compleja, han cambiado de nombre, imagen y hasta de intereses. Pero hace poco, encontraron la oportunidad para crecer, venderse como una opción diferente y aspirar a convertirse en una fuerza influyente. Lograron tener alcaldes, legisladores locales y federales, y hasta dos gobernadores. Hasta ellos creyeron que podían ser una nueva vía de la democracia mexicana.

Sus cuadros son reciclados, pero la narrativa ciudadana fue durante algunos años su principal activo; y aunque mantuvieron siempre la bandera de la oposición en alto, sus acciones y posturas dejaban ver un ligero y poco obvio coqueteo con el oficialismo.

El mismo Dante, amo y señor del partido, ha sido siempre la figura que más incertidumbre genera, por su innegable pasado cercano al hoy titular del ejecutivo. Pero aún así, presas de la verborrea social, los militantes de Movimiento Ciudadano han mandado al baúl de los recuerdos el pasado de su dirigente y le han dado legitimidad a su supuesta imparcialidad.

Pero la decadencia del partido naranja comenzó con la caída de su “candidato” Samuel García, que terminaron por exhibir de cuerpo completo los verdaderos intereses y planes del dicho partido, dejandonos ver que su discurso nacionalista, no era mas que un chantaje disfrazado de propaganda electoral.
Movimiento Ciudadano no vale un voto. En este momento no sirve para otra cosa, más que para ser el esquirol del presidente, y gracias a la desatinada y hueca actuación del gobernador de Nuevo León, sus pocos votos, o lo que queda de ellos no le darán para obtener una representación decente en las cámaras en la próxima elección. De ese tamaño es el valor que perdió su discurso y credibilidad.
Lo peor de todo, es que con la declinación de su suspirante presidencial, saltó a los ojos de todos la realidad interna del partido naranja, no tienen talentos, ni ciudadanos con capacidades suficientes de enfrentar el reto de ser candidato.
Movimiento Ciudadano va en caída libre, el partido que alguna vez aspiró a ser una plataforma sólida y fuerte, ahora está condenado al fracaso político, y su líder, Dante, a convertirse en el accesorio de Morena.

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