Gastar no es invertir

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Por Jesús Alvarado

La ecuación es muy sencilla, gastar no es lo mismo que invertir. La siguiente connotación, viene a relevancia, por el proyecto de gasto público histórico de 9.07 billones de pesos, por parte de la federación. Innegable, el hecho del incremento año con año en el sexenio de AMLO del presupuesto en programas sociales, pero innegable, el mismo hecho de que la pobreza no baja.

Los programas prioritarios —como las pensiones y apoyos de transferencia directa; como becas y recursos económicos a la palabra sin obligación real de pago— así como las obras —como el Tren Maya— son algunos de los rubros para los que se destinarán más recursos. 

Sí analiza, no hay obras que representen una condición generadora. Es decir, como carreteras que den conectividad a puertos, a la frontera entre México y los Estados Unidos. Puentes viales o viaductos que resuelvan la circulación en ciudades con alto crecimiento debido a expansión población por el alto índice de creación de empleos como Saltillo y Monterrey, ni que decir de Guadalajara y Tijuana.

Le presento el siguiente dato que publica CONEVAL. De 2018 a 2022, el número de personas en pobreza extrema pasó de 8.7 a 9.1 millones de personas. Creció la pobreza en pocas palabras. Otro dato, los estados con mayor pobreza extrema son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Puebla. Bueno, el presidente dejo de darle a los estados del norte, para darles a los del sur más, y los resultados no cambian. 

Era más que obvio que al dejar la pandemia, los indicadores tenían que mejorar. De estar parador, a moverse la maquinaria, los resultados tenían que llegar. Pero, fueron pocos los estados que se recuperaron de manera rápida. Yo sé que usted no es adivino, pero está en lo correcto. Fueron las entidades federativas del norte las que han mostrado mayor dinamismo económico después de la contingencia sanitaria. 

Poco hablamos en esta columna de política electoral. Pero, queda claro que la estrategia del presidente López Obrador, no es tener una economía dinámica, sino una economía de estado, donde sea el quien se vanagloria de entregar miles de becas a adolescentes que ni estudian ni trabajan. Incrementar las pensiones –sin un estudio de cuanto puede gastar más el estado- y dejando a la deriva millones de empresas, que son quienes pagan impuestos, con los cuales se crea en gran medida el presupuesto de la federación.

No somos Cuba, ni Venezuela. Estamos a años luz de llegar aún a esos niveles. Pero si usted mira el modelo económico, poco a poco y a veces a pasos agigantados se acerca a lo que intentaron hacer estas dos naciones, y los resultados de cada una de ellas está a la vista.

Quien puede criticar darles un ingreso a las personas de tercera edad en situación vulnerable, otorgar becas a diferentes sectores. Pero, el dinero no se inventa. No se puede prender solo la máquina, poner el molde y empezar a imprimir billetes, como lo hizo Pancho Villa, siendo gobernador de Chihuahua. Lo cual termino en una tremenda inflación.

Este gobierno gasta. No invierte. Bajo el lema de la actual administración, de todo era culpa de la corrupción, la deducción es que el sistema o modelo era correcto, pero el recurso se lo robaban. La ecuación cambio para empeorar. Modelo y sistema económico incorrecto, y lo que hay se lo roban, y además nos endeudad.

EL REMATE

Con información del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), a pesar de que en México la mitad de la población no cuenta con seguridad social, los programas sociales orientados a esta dimensión representan sólo el 2.9% del total. Del total de programas y apoyos sociales, el 19.1% están orientados al trabajo y otro 16.9% se dirigen al bienestar económico de los mexicanos.

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