Espionaje-Leakes

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Por Fernando Urbano

Según algunos datos consultados, en un terabyte caben las canciones suficientes para escuchar música de forma continua durante dos años, o dos semanas de películas sin pausa. Con este antecedente, pero multiplicado por 6, podemos suponer la cantidad de información que fue sustraída por un grupo de hackers de la Secretaría de la Defensa Nacional, que van desde correos electrónicos, del propio titular de la SEDENA, el general Luis Crescencio Sandoval, información sobre la salud del presidente, hasta documentos de inteligencia militar. 

No es la primera vez que pasa, y mucho menos es el primer gobierno que es víctima de un hackeo, pero si es el más grande que sufre el gobierno de México. Lo interesante y trascendente, es que el robo de información fue posible por un error, ya que se presentó una debilidad del servidor Microsoft Exchange, que el gobierno mexicano no pudo corregir por falta de recursos. Y aunque fueron publicados los parches para corregir el error todo indica que no se realizaron las actualizaciones necesarias. En pocas palabras la causa es un error humano y falta de ciberseguridad para blindar los servidores del gobierno de México.

Lo más, más, más trascendente de las filtraciones, es la cantidad de seguimiento de redes que involucran al narcotráfico con funcionarios de Tabasco, colaboradores del mismísimo secretario de gobernación en sus tiempos de Gobernador de aquel estado, así como de alianzas entre por lo menos 81 grupos criminales con funcionarios estatales y municipales de Jalisco, Morelos, Guerrero y Veracruz, muchos, o casi todos de extracción morenista. 

Que lo anterior sea importante, no les quita valor a las demás filtraciones, y mucho menos que un militar vendió equipo táctico, armas y granadas, a grupos criminales, identificado como “nuevo comandante” y que, si bien se desconocen más datos, se sabe que tiene el rango de coronel. La gravedad de los contenidos que seguramente seguirán filtrándose y haciéndose públicos, en ningún momento se podrá minimizar, pero el problema grave es la vulnerabilidad de la que sufre el estado. 

Que se hayan publicado 6 terabytes de información es el menor de los problemas, ya que no existe garantía que la SEDENA sea la única secretaria que haya sido víctima del ataque, o mucho menos que la sustracción de información esté limitada solamente a esos 6 terabytes. Recientemente fue señalado que la plataforma que se utilizó para el hackeo, sigue siendo utilizada por la fiscalía, instituciones de salud, la secretaría de marina, el gobierno de la ciudad de México y alcaldías de la ciudad. 

La duda, y la pregunta obligada después de las filtraciones, es, ¿de qué tamaño es la vulnerabilidad de la ciberseguridad del país?; y muy posiblemente puede ser muchísimo mayor a lo que se conoce el día de hoy. 

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