Néstor J. Hurtado Vera.
López Obrador el Hypokrites de México
Se dice que, en la antigua Grecia, los actores eran llamados “hipócritas”, y es que la raíz etimológica de dicha palabra, viene del griego “hypo” que significa “máscara” y “crytes” que significa “respuesta”, es decir, “responder con máscaras”.
Desde el año 1000 a. C., los actores lograban destacar en la antigua Grecia, muchos llegaron a ser notables personajes, como el caso de Aristodemo de Mileto, quien llegó a ser embajador, o Eumenes III quien fue senador.
Y aunque la historia antigua, nos explica como actores llegaron a tener cargos relevantes en sus respectivos países o estados, en la actualidad no estamos exentos de algunas prácticas que mantienen a personajes destacados “respondiendo con máscaras”.
En la antigüedad hubo variados casos de actores que se hicieron políticos, y hoy México no va por buen rumbo porque el Titular del Poder Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, es político, pero juega a ser actor.
Como lo mencionaba, los actores en Grecia eran llamados “hipócritas”, porque su naturaleza artística era fingir o interpretar personajes o situaciones irreales.
México nunca había estado tan cerca de las similitudes con este concepto, si bien la mayoría de los políticos tienden a dar dobles discursos, a mentir y sí, hasta se ven obligados a actuar, lo de López Obrador es a mi consideración el mejor ejemplo de llegar “demasiado lejos”.
Empezamos con el circo mañanero, en donde no acepta datos oficiales, acusa a sus rivales, y culpa muchas veces con mentiras o verdades a medias; además desde su tradicional “mañanera” ha minimizado actos brutales de corrupción, como el caso de sus hijos o colaboradores cercanos y ha satanizado a todo aquel que no piense exactamente como él.
Hay muchos temas que ha podido difuminar por su hábil “actuación”, pero hay otros que sencillamente le ha sido imposible, como, por ejemplo, los casos de corrupción en donde se ven involucrados al menos dos de sus hijos, las terribles cifras de homicidios dolosos que ya superaron las del sexenio de Felipe Calderón y el proceso electoral del 2024, en donde un día sí y el otro también, interviene cuando esto es a todas luces ilegal.
“Crea fama y échate a dormir”, reza el tradicional dicho español, que explica el manejo de la reputación de cualquier persona. Conectando esta frase con nuestro presidente, insisto en que hay ciertos temas en los que no podría cambiar la percepción ciudadana, así haga su mañanera desde “Broadway”.
Aunque eso sí, debo reconocer que por sus dotes actorales en donde incluso se ha contradicho en infinidad de ocasiones, es que hoy en día, Morena se encuentra fuerte sobre todo en el centro y sur del país, con lo que, con una ventaja considerable, encabezan prácticamente todas las preferencias rumbo a la Presidencia de la República.
Sin lugar a dudas las tácticas de comunicación en niveles tan altos de política, son muy difíciles y enredadas, pero como ciudadano creo que debemos exigir que en todo momento se hable con la verdad, por más dura que ésta sea, porque esas técnicas “mesiánicas”, en donde el mandatario siempre es honesto e incorruptible, en cuestión de tiempo lo harán ver más como charlatán que como actor.
Espero que el siguiente presidente o presidenta informen al pueblo con verdad y valentía, nadie dijo que gobernar era algo sencillo, las autoridades están para enfrentar los problemas con firmeza y determinación, no para mentir y cuidar su imagen de manera hipócrita. Digo que espero que el siguiente sexenio funcione en esa lógica, porque este ya está acabando y el inquilino de Palacio Nacional, cada día se pone peor.
