Sin duda este libro será el más leído del año (no el más vendido, porque la mayoría de los lectores recibieron una copia PDF por redes sociales). Elena Chávez, periodista y ex esposa de Cesar Yáñez Centeno devela la red de corrupción que además de mantener el estilo de vida aparentemente humilde, pero suficiente para la familia nuclear y ampliada de López Obrador, ha sido el sostén económico del proyecto político que ahora gobierna el país.
El nombre del libro viene del efectivo que se obligaba a entregar mes a mes a un amplio número de políticos en posiciones claves, primero desde el PRD al frente del gobierno de la Ciudad de México, la Red de Transporte Público y las agencias de seguridad. Conforme el partido creció y llegó al poder en Michoacán y escalaron en el congreso la red de desvíos de recursos, aportaciones “voluntarias” lograron transformar el valor del dinero en poder.
La narrativa del libro es tediosa, pero cumple su objetivo. La autora subraya que los mexicanos tenemos derecho a conocer la corrupción que rodea al presidente actual y muy importante, a quién sea que logre ganar su favor y convertirse en candidato de Morena para la sucesión presidencial. Vivimos en un país que difícilmente sancionará a un expresidente corrupto, ni se diga juzgar a uno en turno, pero podemos librarnos de otro igual, ese mensaje tácito en el texto es el que me gustaría rescatar.
Las críticas de los partidarios de la 4T al libro de Elena Chávez van en la línea de desacreditar su historia personal y confesión de testigo. El libro sí tiene pruebas, son de lugar y modo, con validez suficiente para llevar a juicio a una centena de políticos, además cierra con las declaraciones patrimoniales de los políticos del primer círculo presidencial en las que se observa el enriquecimiento veloz e inexplicable con los sueldos que perciben de acuerdo a la ley. Los capítulos de este libro inician contextualizándonos en el crecimiento de López Obrador y después se centran en el papel jugado por cada uno de los diferentes políticos que hoy ocupan cargos importantes en el Gobierno Federal, en el Poder Legislativo o como gobernadores de Morena. También permite entender que detrás de los videoescándalos políticos en que funcionarios fueron expuestos recibiendo cash hubo cientos más que no los grabaron.
¿Qué tiene esto de diferente con otros sistemas y redes de corrupción? Podemos detectar 2 líneas correlacionadas; qué el escalafón político al que el presidente llama “lealtad” es en realidad la capacidad para sacar recursos del erario público y hacerlos llegar al secretario particular del presidente y que los puestos que deberían ser ocupados por alguien con un mínimo de capacidad, experiencia, amor al país y patriotismo se entregan a quienes los compran mejor. La corrupción desmedida es el sello característico de la actual administración, por eso ningún indicador positivo de gobierno ha mejorado y los índices negativos aumentan estrepitosamente. Hay un plan de gobierno por sobre todas las demás estrategias que anuncia el presidente en sus mañaneras, extraer recursos y entregarlos al presidente en Cash.
