Por Fernando Urbano
La violencia, la polarización y la hostilidad que se ha vivido en los procesos electorales se la debemos al presidente Andrés Manuel López Obrador que de manera directa invita a agredir a sus adversarios a través de la intimidación, del maltrato físico, verbal, y del hostigamiento. Pero también abona en los conflictos internos de su propio partido.
Durante la actual administración federal se han incrementado los atentados y asesinatos de aspirantes o candidatos a puestos de elección popular, que en muchos de los casos han sido opositores al gobierno actual. En lo que va de este sexenio han sido asesinados 18 alcaldes, 31 regidores y 11 síndicos.
Solamente en el proceso electoral del 2021, uno de los más violentos, se registraron 782 agresiones a políticos y 34 fueron ejecutados. Pero en ese entonces el presidente culpó a los medios de comunicación por magnificar la situación. Durante el 2022, se registraron 85 agresiones contra políticos aspirantes y candidatos; y 7 asesinatos. Durante el proceso 2023, las agresiones, atentados, amenazas y asesinatos se recrudecieron de manera considerable.
La influencia de la hostilidad del titular del ejecutivo federal ya tuvo eco en los, y nos da muestra de que el proceso electoral será excesivamente muy violento. El jueves 21 de diciembre en Acapulco, Guerrero, el aspirante a alcalde por Morena y ex diputado priista, Ricardo Taja fue asesinado. El jueves 4 de enero fue asesinado, al interior de un gimnasio, Giovanni Lezama, regidor y secretario general del PAN en Morelos y aspirante a una diputación.
El siguiente día, el 5 de enero, fue asesinado David Rey González, aspirante a la alcaldía de Suchiate, Chiapas, por el Frente Amplio por México. Ese mismo día, 5 de enero, también fue ejecutado Sergio Hueso, precandidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Armería, en Colima. En los cuatro casos son idénticos; hombres armados ejecutan a sus víctimas y se dan a la fuga sin que la autoridad detenga a los responsables.
El 7 de enero, la diputada Guadalupe Barrón del PRI en la Ciudad de México, denunció que su camioneta fue baleada durante la madrugada, presuntamente por negarse a votar a favor de la ratificación de la fiscal de la ciudad. El día siguiente, 8 de enero, fue incendiada la camioneta de la dirigente de Morena en Jalisco Katia Castillo.
Este año se elegirán 20 mil 367 cargos, por lo que se espera que habrá por lo menos 55 mil aspirantes a diversos cargos, que estarán expuestos a ser víctimas de violencia, además de militantes, dirigentes, e indirectamente familiares y colaboradores de ellos.
De muchas maneras se ha documentado la cercanía y complicidad directa o indirecta de gobernantes, y funcionarios de Morena con el crimen organizado, y que en diversos casos ha quedado a la vista la complicidad de eventos como las mencionados asociados a esta asociación culposa del partido gobernante y grupos criminales. Que dicho sea de paso, son reconocidos al interior de ese partido como operadores políticos estratégicos.
Así es como en esa lógica presidencial es que se justifica por que López ataca desmedidamente a los ciudadanos que son disidentes de su gobierno y abraza con total descaro a los narcotraficantes y grupos criminales que imponen su ley bajo el cobijo de la alianza que guardan con el oficialismo. Por lo que sus verdaderos enemigos son los académicos, escritores, artistas, líderes sociales, organizaciones civiles, periodistas y cualquiera que milite en un partido contrario al propio.