El nuevo reacomodo mundial económico

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Ni Israel están bueno como lo pintan, como tampoco Palestina es la blanca palomita victima eterna de occidente.

Por Jesús Alvarado

Las guerras son economía. Históricamente así se han usado. No solo es la lucha por el control político y territorial. También lo es por el financiero, económico, y lamentablemente la guerra entre Israel y Palestina, tiene mucho que ver con eso.

Es una pelea de historia, desde los tiempos bíblicos. Con connotaciones que han ido cambiando con el tiempo, pero que al final del día se concentran en poder y dinero.

Por el lado de Israel –el bando bueno según las doctrina yanqui- están los propios Estados Unidos, y se le suman países como Alemania, Canadá, Inglaterra, Francia, y el apoyo moral de un sin de países, que son replica de los comunicados de la Casa Blanca. Por el lado de Hamas, con el respaldo Palestino, toda la influencia de Irán, de una Rusia sacudida por la invasión a Ucrania, con una China mirando a lo lejos, como perpetrase en contra de los intereses norteamericanos. 

México, un país que ha sido golpeado en guerras por los Estados Unidos, hoy es más tímido que nunca y ha preferido mantenerse callado, sin posición alguna. Por lo pronto, uno de los efectos de esta lucha, fue el incremento de la relación peso-dólar, bajando el valor de nuestra moneda. Espere también el disparo de los precios, otro daño colateral, donde el Banco de México y las instituciones financieras, más temprano que tarde tendrán que salir a decir que no va a disminuir la inflación.

Ni Israel están bueno como lo pintan, como tampoco Palestina es la blanca palomita victima eterna de occidente. El islam actuó a su estilo terrorista, usando la religión como eterno pretexto para usar a la población a su favor de una guerra, que podrá dar tregua, pero no fin.

Las casualidades no siempre lo son. El dólar estadounidense, considerado un refugio seguro en momentos de incertidumbre, experimentó un fortalecimiento frente al euro en medio de los crecientes enfrentamientos militares entre Israel y el grupo islamista-palestino Hamas. ¡Caray! ¿Qué casualidad verdad?

Los buenos contra los malos, esto dependiendo de la vara con que lo mida, desde la óptica que lo analice, e inclusive, aunque a mi parecer sería poco objetivo, hasta desde la religión que usted profesa. 

Los mercados señalan que esto pronto pasará. Que la población – y se refieren a la que vive fuera del conflicto- no debe temer, que la estabilización llegará sin tardanza. ¿Estabilidad para quién? Los países que salen ganando de esta guerra, ni siquiera son los dos que luchan dentro de ella.

Pero, así es la historia. Dentro de esta columna no estoy descubriendo el hilo negro. Días atrás, leyendo un artículo web, lo primero que se me vino a la mente eran esas recreaciones a través de marionetas.

Bueno, lamentablemente no será ni la primera, la última guerra de la que se hablará. ¿Alguien se acuerda de la invasión rusa a Ucrania?

EL REMATE

En los primeros días del conflicto, el precio del petróleo y del oro han rebotado, el dólar se ha fortalecido y las bolsas han cotizado con incertidumbre, ya que los inversores reducen su apetito por el riesgo a corto plazo, a la espera de cómo evolucione la situación en los próximos días. Las compañías petroleras, como Chevron o Exxon Mobil, han avanzado posiciones. 

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