EL FIN SE ACERCA

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Por Fernando Urbano

Como final de película de terror que se divide en dos partes, está a la vuelta de la esquina el final del sexenio. Y no hay otra manera de resumir el estatus actual de la administración de la 4ta transformación y su futuro inmediato, más que con la palabra “incertidumbre”.

Como anillo al dedo, le cayó a la actual administración los sucesos globales que impactan directamente a la economía nacional, y que contrario a lo que se veía venir, los índices de crecimiento, y empleo se vieron ligeramente mejorados, pero no a un nivel que influyeran a disminuir o evitar la inflación; y aunque esto reduce el pronóstico de una crisis al final del sexenio, todo puede pasar.

Las finanzas del gobierno, maquilladas y escondidas, serán una desafortunada sorpresa para quien encabece el próximo gobierno que tendrá que buscar hasta por debajo de las piedras la seguramente interminable lista de compromiso adquiridos y con efecto retardado por la administración lopezobradorista y que seguramente tienen guardados en algún cajón. Y sin dudaro, el dolor de cabeza de las finanzas públicas en el corto plazo será la situación financiera de Pemex, que pondrá en riesgo la estabilidad económica de las finanzas públicas.

Si la próxima presidenta es Xóchitl, deberá meter mano urgente para revisar y reestructurar las mal llamadas reformas constitucionales, que no han hecho otra cosa más que debilitar las bases del estado, y por obviedad emprender un programa de fortalecimiento del Poder Judicial y los órganos autónomos que han sufrido la amenaza de quien hoy ostenta el poder. Si es Claudia, esto, evidentemente nunca pasará y solamente se fortalecerá la cacería de brujas del gobierno.

La piedrita en el zapato, y que será difícil de sacar, para quien sea, será la inseguridad y la creciente ola de violencia que no parece poder terminar en el corto plazo, y que todas las estadísticas apuntan a que seguirá creciendo sin medida en lo que queda del sexenio. También atender a los familiares de las víctimas que han sido lastimadas por el desprecio y la frivolidad del presidente deberá ser una prioridad, y a la sociedad en general que a estas alturas las acciones del oficialismo solo le han producido un desagradable malestar.

Lo complicado estará en la relación que la siguiente administración tendrá con las Fuerzas Armadas, que han crecido desmedidamente en poder y ejercicio de recursos, tareas muy distintas a las de su vocación, y que seguramente no estarán dispuestos a perder lo hasta hoy ganado.

Sumado a todo esto, la polarización social ocasionada por López Obrador, seguramente tomará rumbos excesivos que serán influenciados por el mismísimo presidente, que en ese momento ya estará en retiro.

El cambio de sexenio tendrá un pulso tenso y convulsionado, que está rodeado de la confrontación del gobierno con el sector privado, rumores generados por el propio oficialismo  que pretenden generar incertidumbre política, sin confianza y vínculos con organizaciones civiles y con la sospecha de que el gobierno del presidente López pretenda a como dé lugar un fraude electoral para mantenerse en el poder y formalizar la hegemonía lopezobradorista. 

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