Por Fernando Urbano
En Morena abundan los escándalos, y muchos de ellos han sido por el uso de aeronaves oficiales para asuntos personales y electorales, que van desde funcionarios de medio pelo, hasta el presidente que juró y siguió jurando que nunca utilizaría una avión oficial, pero que desde hace varios meses ya no se le ve en ningún aeropuerto del país para abordar un avión comercial.
En esta ocasión la protagonista de esta romántica, escandalosa y triste historia, fue en un primer momento la diputada federal plurinominal, Andrea Chavéz, del estado de Chihuahua.
Resulta que, se filtró una fotografía de su familia, utilizando lo que parecía ser un avión de la SEDENA. Ni tarde, ni perezosa, la legisladora lo negó, y enérgicamente señaló que no se parecía en nada a los políticos neoliberales y defendió como gato patas arriba su “honestidad”, que la ejerce como lo enuncia el código de ética de Morena. La diputada señaló que esa foto era un invento para desacreditarla, y como era de esperarse los morenistas inundaron las redes sociales señalando que todo era una imagen manipulada en un programa de computadora para hacerla quedar mal. Todo era un photoshop y ataques de los conservadores, eso dijeron.
Hasta aquí, lamentable es que lo haya negado… para después aceptarlo. Tanto eco hizo el escándalo de la legisladora, que tuvo que decir que ella sola se había metido en un problema, e hizo un video donde acepta que su familia utilizó un servicio de taxi aéreo para volar de Guadalajara, a Ciudad Juárez, según ella. Que para ser exactos, poca credibilidad tienen los detalles que dio con los que se pueden encontrar en las bitácoras de vuelo, que nos permiten darnos cuenta que ese mismo día, casualmente, el entonces titular de la SEGOB, Adán Augusto, visitó también Ciudad Juárez, voló a la misma hora, y en un avión idéntico al que señaló la legisladora.
El escándalo de sus familiares, es solamente la punta de meses y meses de otros escándalos, como el obvio uso de recursos públicos, la cuestionada camioneta blindada de más de dos millones de pesos que la diputada conduce personalmente, y el del personal del extinto estado mayor a su servicio, pero que todos desembocan en el mismo punto, las excesiva cercanía de la diputada con Adán Augusto, que por meses ha dado pie a todo tipo de especulaciones sobre su relación personal.
Así es, el cúmulo de escándalos de la diputada, terminó pegándole a ella, a Don Adán Augusto López Hernández y a su campaña, que no es campaña. Y es que, la morenista chihuahuense era la sombra y vocera del candidato, pero desde el pasado 8 de julio, ya no se le vió, como era costumbre, cercana a la mencionada corcholata, quien al parecer personalmente le habría pedido que abandonara su campaña.
Las llamadas de atención vinieron desde palacio nacional, primero por los excesos del ex secretario, el derroche de recursos, y después por los excesos de su cercanisima colaboradora. En un esfuerzo, torpe, por “resolver” el problema, Adán Augusto reapareció en público acompañado de su esposa, sin la cuestionada joven, sin relojes, serio y sin su característica sonrisa. Como dicen por ahí, explicación no pedida, acusación manifiesta.