Cierren bien las puertas y que no vuelva jamás…

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Néstor J. Hurtado Vera.

Personalmente, debo confesar que estoy sumamente feliz de que el “Obradorato” haya llegado a su fin, principalmente, porque hay muchas versiones que afirman que Andrés Manuel López Obrador, intentará seguir gobernando, lo cual me resulta completamente falso y fuera de lugar.

Sencillamente finalizó una era gris, opaca, y desvergonzada de un mitómano que engañó al pueblo durante 18 años para llegar al poder y cuando por fin llegó, lo siguió engañando. 

Sin duda lo único que le salió bien fue regalar el dinero a través de programas sociales, pero los temas importantes, como la seguridad, la economía, la salud, la prosperidad o la transparencia, fueron asuntos que se maquillaron con los famosos “otros datos”.

Y decir que le salió bien entregar programas sociales, lo comento bajo un enfoque meramente electoral, ya que, a mi consideración, no resulta sano ni para las finanzas del país, ni para la desigualdad; regalar dinero a clases sociales medias o altas, por el simple hecho de tener la edad requerida. 

Lamentablemente vimos a personas en todo el país cobrar la pensión del “Bienestar” en sus camionetas del año, mientras que personas de 64 años o menos, que no tienen para comer, sin dicho beneficio. 

Ya se fue el mandatario que tanto se peleó con el poder, que fue un excelente candidato, pero un pésimo gobernante, ya se fue el “dicharachero” que, no se cansó de polarizar, ni de realizar conferencias mañaneras para negar inclusive datos oficiales y poner canciones con dedicatoria. 

Quedó claro que 1,436 mañaneras, no sirvieron para arreglar los problemas del país, aunque si sirvieron para hacer todo lo políticamente incorrecto, como mentir, defender a incondicionales, o atacar a todo aquel que pusiera en riesgo a su régimen.

México queda herido, en la saliente administración se registraron alrededor de 200 mil homicidios, además este sexenio fue una de las peores economías contemporáneas, incluso por debajo de los malísimos gobiernos “prianistas” y neoliberales. 

Solo para darnos una idea, con Enrique Peña Nieto, hubo un crecimiento del Producto Interno Bruto per cápita del 7.58 por ciento, mientras que con López Obrador fue del -2.70 por ciento. 

El sistema de salud sigue por los suelos, mientras que la gasolina por los cielos a casi 30 pesos el litro, y “Dos Bocas” sigue sin refinar. 

Concretamente llegó el día, se fue el “presidente de saliva”, y el que quiso solucionar todo desde su atril de Palacio Nacional.

En contraparte, llega una mujer que enarbola las esperanzas de un pueblo lacerado y dividido. 

En fin, tenemos que darle vuelta a la página y ahora nos gobierna la Doctora, Claudia Sheinbaum Pardo, una científica que cuenta con la preparación, y sobre todo con el poder para ayudarle a México.

De corazón, espero que haga historia, y no solo por ser la primera mujer presidenta, si no, por sus resultados. 

Que resuelva los pendientes y las deudas históricas, sencillamente, que le vaya muy bien, para que nuestro país comience su camino, hacia el tan anhelado primer mundo. 

Que Dios ilumine a Sheinbaum y sobre todo que bendiga a nuestro paí

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