Por Fernando Urbano
Las opciones por la candidatura del Frente Amplio por México se han reducido a dos, Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez. Una de las dos senadoras será definitivamente la abanderada de la oposición para hacerle frente a la candidata de López Obrador. Ambas tienen el apoyo de sus partidos, que cuentan con estructuras que serán la base de arranque para dar batalla en el 2024. Pero sigue existiendo un problema que la oposición deberá enfrentar, y es que para una parte importante de la sociedad los partidos políticos tradicionales no responden a sus expectativas.
Ese segmento de la población que se siente excluido del poder político será necesario para construir una candidatura con posibilidades reales de llegar a la presidencia. El mismo que utilizó López Obrador y que mantuvo cautivo a través de su discurso para mantener la idea de que él era un personaje que estaba en contra del sistema y no pertenecía a los partidos, aunque vivió de ellos por al menos un poco más de 40 años. Por suerte, ese discurso que mantiene el presidente no ha evitado su desgaste al no logran satisfacer las expectativas que generó desde hace algunas décadas.
Beatriz o Xóchitl, tendrán la gran responsabilidad de darle una nueva opción a aquellos que en el 2018 “querían un cambio”, y demostrarles que la propuesta de López no funcionó. Pero también neutralizar el peso histórico de sus partidos para evitar que su propuesta sea estigmatizada por el oficialismo como el camino para regresar al pasado.
Beatriz Paredes, tiene grandes activos y una capacidad e inteligencia indudable, es una gran oradora, tiene una trayectoria política amplia y suficiente para atreverme a decir que es una gran opción para dirigir el país, pero, aunque rompe con muchos de los dogmas del sistema de partidos, su militancia en el PRI la pone en una situación compleja que podría ser un negativo importante para ser una candidata atractiva, competitiva y eficiente ante las exigencias de los diferentes tipos de electores. Y por lo menos hasta el día de hoy, el impacto mediático que ha generado no ha sido suficiente para poder asegurar que podría ser una gran candidata.
Curiosamente Xóchitl Gálvez es más conocida como ciudadana que como militante de un partido, aunque su trayectoria por el servicio público ha sido de la mano de Acción Nacional. Y aunque tiene varios años haciendo política, ser empresaria es un activo que ha acompañado su quehacer público como funcionaria y actualmente como senadora. Tiene también muchos activos, que ha dejado ver en el sector privado, pero sus “formas” son las que han generado una atención específica de muchos ciudadanos que podrían sumarse a las estructuras de partidos de la oposición, convirtiéndola en una posible candidata con muchas fortalezas para enfrentar a Morena y darle a la oposición un triunfo real.
No por nada Andrés Manuel ha violentado descaradamente la ley electoral, desacatado al INE y usado políticamente la Fiscalía General de la República para desacreditar, difamar y sacarla del proceso electoral. El presidente le ve gran potencial que tiene para atraer a militantes de los partidos de la oposición y también a una fuerza ciudadana considerable que se inclina sin dudarlo por Xóchitl; por eso le tiene miedo a la posibilidad de que ella llegue a convertirse en candidata.
En mi opinión, la coordinadora nacional del Frente Amplio por México, debe ser Xóchitl Gálvez, hoy es la única que puede construir una candidatura fuerte y con posibilidades de desplazar a López y a Morena.
