Por Fernando Urbano
Alabadas sean las horas que faltan para que termine el terrible sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Ya falta menos de un año, y por suerte este es un sexenio acortado que terminará el 1 de octubre del próximo año. Pero para los integrantes de su administración es el inicio del año de Hidalgo, y seguramente nos van a demostrar su gran capacidad para saquear al país hasta el último minuto.
López quedará a deber mucho, y la historia pronto lo reconocerá como el peor presidente de la historia moderna de México. Su gran fracaso será el de la seguridad, López dejó en claro durante toda su administración su incapacidad para combatir la violencia. Aunque sus “otros datos” intentan esconder la realidad, las cifras del propio gobierno federal exhiben el escandaloso incremento de los casos de violencia que año con año siguen incrementándose.Pero también la historia lo reconocerá como el presidente que concentró el poder del estado en su persona como titular del ejecutivo, y que lo utilizó únicamente para destruir, politizar y minimizar en todas las formas posibles a las instituciones públicas y a los poderes Legislativo y Judicial, atentando en todo momento en contra de las leyes.
En los próximos meses la inflación, la inseguridad y la polarización política, son lo único que seguirán incrementando sus cifras cómo ha pasado durante los últimos 5 años. Pero también veremos a un presidente desatendido de sus funciones y obligaciones como titular del ejecutivo, por que, sin dudarlo, López se dedicará únicamente a atender la campaña de su candidata, y hará a un lado al país; si usted no se había dado cuenta, no hubo, no hay y no habrá 4ta transformación.
AMLO, nos dejará pendientes, desaciertos, errores y muchos desencantos. El balance de todo lo que va de su administración es negativo, y los únicos grandes cambios que si se realizaron fueron los de destruir lo que funcionaba. Y la opacidad y la corrupción son hasta el día de hoy la única característica trascendente de su gobierno.
El saqueo de la 4T al país, será excesivo, desde ya el presupuesto y las secretarías del gobierno están al total servicio de la campaña, y los gobernadores morenistas harán lo propio para exprimir hasta el último centavo que puedan de sus estados, para sus bolsillos y para los de Morena.
Lo otro que también se va a agravar es el estado de ánimo del presidente, pues en la recta final seguramente veremos a un López más intolerante y extremo, que buscará seguir polarizando al país y dividir para buscar triunfar en su gran batalla, la elección presidencial de 2024; haciendo uso de su única y más eficaz arma, su discurso, que utiliza para minimizar los problemas reales, desacreditar a sus detractores y construir una realidad muy lejana a la que vive el país.
Ya se le terminó el tiempo, ya no podrá intentar hacer nada nuevo, está acabado, y cada día es más evidente su ineptitud y falta de capacidad. Lo que queda del sexenio serán momentos en los que cada día se verá más disminuido por el gran temor a perder la elección, pues si esto pasa, no habrá marcha atrás para que se exhiba de golpe la interminable lista de errores de su sexenio. Alabadas sean las horas que faltan para que se vaya.