El grupo antiinmigrantes sudafricano Operación Dudula se ha hecho famoso por asaltar negocios pertenecientes a ciudadanos extranjeros y obligar a cerrar tiendas.
Africa Eye ha obtenido un acceso excepcional a miembros del movimiento callejero contra la migración más destacado del país.
Les hemos acompañado en una de sus misiones en Soweto.
En la cocina de una escuela en Kwa Thema, un municipio al este de Johannesburgo, Dimakatso Makoena está ocupada preparando sándwiches.
Esta madre soltera de 57 años tiene tres hijos y trabaja allí como cocinera desde hace más de 10 años.
“Siendo sincera, odio a los extranjeros. Me encantaría que hicieran las maletas se fueran de nuestro país”, dice, luchando por contener las lágrimas.
Es difícil entender la fuerza de este odio hasta que Makoena saca su teléfono para mostrar una foto de su hijo.
Demacrado con una mirada vidriosa en sus ojos, lo vemos cubierto de cicatrices de quemaduras que se extienden por su cuerpo, sus brazos y su cara.
“Comenzó a fumar drogas cuando tenía 14 años”, dice, explicando cómo su hijo a menudo sale a robar cosas para costearse su adicción.
Un día, intentando llevarse unos cables eléctricos para venderlos, se electrocutó y se quemó gran parte del cuerpo.
Su hijo consume metanfetamina y nyaope, una droga callejera altamente adictiva que ha devastado comunidades en toda Sudáfrica.
Su apoyo a la Operación Dudula queda claro cuando empieza a culpar a los extranjeros de vender drogas.
“Dudula es lo único que me hace seguir adelante”.
La Operación Dudula se creó en Soweto hace dos años y fue el primer grupo que formalizó lo que habían sido oleadas esporádicas de ataques de vigilantes voluntarios.