Bennu, que ha estado en el radar de la agencia desde su descubrimiento en 1999, tiene una probabilidad de 1 en 2,700 de chocar contra nuestro planeta.
Si esto ocurriera, podría devastar una área del tamaño de Texas. El asteroide, que tiene un tercio de milla de ancho, liberaría una energía comparable a 22 bombas atómicas.
A pesar de ser significativamente más pequeño que el asteroide que supuestamente aniquiló a los dinosaurios, el impacto sería catastrófico. La misión OSIRIS-REx de NASA estudió Bennu de cerca durante más de dos años, recopilando muestras de su superficie en 2020.
Con información de: NYPost