Por Fernando Urbano
El gobierno federal publicó los nuevos libros de texto gratuitos, pero el proceso de diseño y aprobación se llevó a cabo de la manera en la que la 4T acostumbra a desarrollar cualquier cosa, en lo oscurito y debajo de la mesa. Y no fue para menos, pues los nuevos libros de texto, parece que tienen la intención de adoctrinar a los niños, antes que formar y educarlos; y dejan ver que su diseño fue entregado a ideólogos, para hacerlos “a modo” y no a expertos en pedagogía.
En este nuevo escándalo del gobierno federal, resalta el nombre de Arturo Loaiza Escalona, quien fue funcionario del gobierno de Nicolás Maduro hasta el 2018; actualmente ocupa el cargo de director de Desarrollo e Innovación de Materiales Educativos, y llegó a la SEP por invitación de su amigo Marx Arriaga Navarro, director general de Materiales Educativos de la dependencia, con la tarea de contribuir en el rediseño de los libros de textos gratuitos de primaria y secundaria.
Pero aún más escandalosos han resultado los innumerables errores que se han encontrado en los libros, unos tan descabellados como una infografía en la que el orden de los planetas es erróneo, o la falta de orden lógico en los contenidos. Otros totalmente inaceptables como errores ortográficos y de redacción, o la falta de instrucciones y matices que contribuyan en algún grado al uso de la lógica y el sentido común.
Si todo lo anterior no es suficientemente escandaloso, el gobierno federal decidió reservar la información relacionada con el diseño y las supuestas asambleas realizadas para consultar la reforma a los planes de estudio y los libros de texto gratuitos, con el argumento de que los datos que hay sobre estos encuentros podrían obstaculizar procesos ya puestos en marcha o vulnerar datos personales.
Lo que está pasando en México, no es un caso aislado, la implementación de este tipo de textos, hechos a modo, han sido utilizados por diferentes regímenes para inculcar ideas desde la más temprana edad, dejando de lado los principios rectores de la educación, que por lo menos en el país son de orden constitucional, y se establece que debe ser laica, ajena a toda doctrina religiosa, y también debe ser neutra, ajena a cualquier ideología política o partidaria.
Nada es más real que en el próximo ciclo escolar los niños están condenados a aprender limitadamente en libros sin estructura pedagógica para dar paso a un futuro mediocre que le urge anidar a la 4T.
De seguir este camino, les aseguro que no falta mucho para que los libros de textos se vean plagados de propaganda política, vicios que impulsen el adoctrinamiento y páginas que solamente manipulan la historia; y a la menor oportunidad el sistema educativo tendrá como única tarea imponer una sola línea de pensamiento, la del oficialismo, convirtiendo a las escuelas en centros de ideologización y adoctrinamiento político de la 4T.
