El mini-dictador 

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Por Fernando Urbano

Como ignorantes, los gobernadores morenistas, en su afán de agradar al presidente, imitan sus acciones y torpezas con una gracia inexistente y un tino poco favorecedor para el país. De manera casi natural, dejan ver su falta de conocimientos y su excesiva capacidad de hacer propia cuanta disparatada se le pueda ocurrir al guía y tlatoani de la 4T.

En ese intento de agradar a don presidente, y con su venia, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, y después de varios ataques en contra del tribunal de justicia administrativa de aquella entidad, echando mano de sus diputados locales, decidió extinguir dicho tribunal.

Con la simple intención de que no le pidan cuentas y poder disponer del presupuesto del estado a su antojo, Jara se lanzó con todo y señaló que el tribunal era solamente “una carga onerosa y un obstáculo para la justicia” en el estado, además como era de esperarse e imitando a López, con la misma línea contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, acusa sin pruebas, señalándole de ser una “burocracia dorada” y corrupta, pero que en realidad lo que hace es ejerciendo su independencia y en estricto apego a la ley, emitiendo resoluciones que han sido desfavorables para los morenistas, pero que bajo la lógica obradorista se les acusa de estar en contra de él, de su administración y de la cuarta transformación.

Después de esto, el congreso del estado en dos sesiones fast-track, los legisladores morenistas aprobaron una reforma a la Constitución del estado para desaparecer el Tribunal, impulsada por el coordinador de Morena en el Congreso.

Así bajo el argumento señalado por el titular del ejecutivo estatal de los altos costos que representaba, desmantelaron el Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Oaxaca, destituyeron a los magistrados que lo integraban, y crearon en su lugar el Tribunal de Justicia Administrativa y Combate a la Corrupción del Estado de Oaxaca, integrado por magistrados afines al gobernador morenista, que tomaron protesta 15 minutos después de que se creó el nuevo tribunal. Por cierto, todo esto, cuando el estado completo está enfocado en la Guelaguetza. 

Inmediatamente después, el gobernador celebró la extinción y la creación del nuevo organismo, y felicitó a los legisladores de su partido y aliados por atender sus deseos. Pero el gusto le duró poco, porque la Suprema Corte de Justicia paró en seco al gobernador y desinfló su complejo de dictador. La SCJN suspendió provisionalmente el decreto que ordena la desaparición del Tribunal de Justicia Administrativa, por lo que sus magistrados fueron restituidos inmediatamente.

 Es importante mencionar que el Tribunal que decidió extinguir el gobernador, es el órgano encargado de supervisar la rendición de cuentas del gobierno estatal, de realizar la fiscalización de los recursos que aplica, así como de combatir la corrupción. Palabras más, palabras menos, al igual que al presidente, es un organismo que lo incomoda y que no le permite esconder la corrupción de su propio gobierno.

El presidente, sus gobernadores y su partido siguen poniendo en riesgo al país, y violentan la separación de poderes, pero lo más peligroso es que esas acciones alientan a sus seguidores a actuar de la misma manera. Eso es lo que representan los gobiernos de Morena, gobiernan por encima de todo y de todos, desde la voluntad y los caprichos de una sola persona. 

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