Por Jesús Alvarado
La novela de Altos Hornos de México (AHMSA) aún no termina, y tiene muchos capítulos que aún no están escritos. Ni tan siquiera hay información fidedigna de su supuesta venta.
El colapso de la acerera monclovense, AHMSA, no inició con la frialdad del presidente López Obrador por la corrupción en la venta a un sobrecosto de 200 millones de dólares de la planta Agronitrogenados a Pemex, sino por la corrupción interna que llevaba décadas en la empresa.
Hoy, más de seis mil trabajadores entre empleados de confianza y sindicalizados sufren la falta de pagos de una acerera que ha apagado sus hornos ante la incertidumbre de una región centro de Coahuila, que solo tiene en el relato de las memorias los buenos momentos pasados de la siderúrgica.
No hay para pagar a la CFE la electricidad y mucho menos el gas a PEMEX. En el mismo momento, la autoridad en materia de agua municipal reclama la falta de pago por el vital líquido. Y aproximadamente 300 ex trabajadores reclaman desde antes del colapso, el pago de su terminación.
Súmele, un caso que no ha sido mencionado por las autoridades. La empresa desde hace más de 8 años no pagaba las aportaciones del INFONAVIT, eso sí, curiosamente si venía el descuento en la boleta de pago de los trabajadores.
Ni el Sindicato Democrático –quien es quien finge en teoría como el dueño de los contratos- ni el dirigido desde la Ciudad de México por Napoleón Gómez Urrutia han hecho defensa por lo ya señalado. Su interés no radica en la defensa de los trabajadores, sino en el botín que representa tal supuesta representación.
Si usted no es empresario, ni emprendedor, haga el siguiente ejercicio. Le proponen comprar una acerera que, si bien su acerero tiene alta calidad en pureza, la empresa debe semanas caídas. Millones de dólares en préstamos, así como a proveedores. Problemas con la autoridad tributaria. Agréguele los adeudos con CFE y PEMEX, así como las terminaciones no pagadas. Se requiere una millonada de inyección para volverla echar andar y ver cómo recuperar la confianza de los clientes.
¿Usted compraría una empresa en estas condiciones? La respuesta es no. Nadie adquiere una empresa bajo esas circunstancias. No es razonable. Para adquirirla, debes tener el compromiso del apoyo de la autoridad gubernamental. Bajo las circunstancias ya mencionadas, es invertir tu dinero con destino a no recuperarlo jamás.
EL REMATE
Alonso Ancira celebró un acuerdo reparatorio con Pemex, en el que se comprometió a pagar más de 200 millones de dólares para reparar el daño causado. Debido a la celebración de este acuerdo, su proceso penal se encuentra suspendido. ¿Considera usted que 200 millones de dólares fue lo que ocasionó el colapso de AHMSA?
En conferencia de prensa, el jefe del Ejecutivo federal, López Obrador, dijo que los adeudos de esta empresa con el gobierno federal rondan entre los 3 mil y 5 mil millones de pesos. ¿Por qué debe AHMSA tanto dinero?, ¿en qué usaba la empresa el dinero que aportaban los trabajadores al INFONAVIT, pero no llegaban a su destino?
Es un hecho que la empresa fue saqueada. ¿Por quién? Por el propio dueño, Alonso Ancira. También, es un hecho que la dirección administrativa hizo de todo, menos administrar, eso queda claro.
Posdata. Cuando supuestamente llega un nuevo dueño que deja prácticamente a los mismos administradores, sólo hay de dos sopas. Uno, es que es la misma gata, pero revolcada. Dos, una empresa sin futuro, destinada a desaparecer.
