El senador mantuvo la mesura durante el proceso interno, guardó la calma y esperó lo que a todas luces era visible: Guadiana es el morenista más conocido al interior de Coahuila. Lo relevante es que, aunque se esperaba que el dedazo fuera a favor de Ricardo Mejía, en la mesa ya estaba pactada la intención hacia el político y empresario carbonero. Fue una jugada extraña para muchos, ya que la intención tanto del ejecutivo como al interior del partido Morena se notaba el apoyo hacia el subsecretario de seguridad: aparecía en las mañaneras, recorría el estado, contaba con tiempo y presupuesto para lograr acuerdos, tanto así que logró voltear figuras relevantes del PRI a su favor. Fue una apuesta a ciegas que al final resultó en una chamaqueada.
El disgusto y los reclamos al interior de Morena no se hicieron esperar, la conspiración de que ya se había “entregado” el estado fue la constante. Preferían un bueno por conocer. Ricardo Mejía se quedó con poco margen de maniobra ya que al estar dentro de la administración pública federal no pudo romper filas para buscar un partido que lo cobijara. Le queda poco tiempo si su aspiración es más grande que la unidad que pregona.
Por otro lado, la celebración tuvo mayor eco en las filas priistas, vaticinando la victoria ante propios y extraños. El temor era precisamente que “el bueno por conocer” le diera margen dentro de la campaña para crecer en popularidad. No fue suficiente la cercanía, la agenda ni la campaña anticipada. El senador Guadiana ahora tiene el gran reto de recorrer y convencer a la mayoría coahuilense para llegar a la silla. A sus 76 años es algo complicado. Una campaña de tal envergadura requerirá de mucha energía y creatividad para llegarle al ritmo que traerá el virtual candidato por la alianza Manolo Jiménez Salinas.
Muchas definiciones ya se dieron, las estructuras están a punto de arrancar, pero la confianza es algo que no se puede permitir en estos momentos. Si bien, Armando Guadiana perdió las elecciones por la alcaldía de Saltillo el 2021, no olvidemos que para llegar al senado obtuvo 493,169 votos. Claro, todo esto con el efecto AMLO. Sin embargo, el presidente seguirá ahí, al menos por un año más.
El tablero se va definiendo y todo parece indicar que, no solo el más posicionado sino el mejor perfil llegará al poder. Me alegro por la continuidad en materia de seguridad y desarrollo. Solo enfatizo: la confianza es la madre del descuido y como ejemplo están las pasadas elecciones magisteriales.
