López y el INE

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Si algo ha hecho fuerte al INE, son las bases en las que se construyó. Es complejo explicarlas, y mucho más entenderlas, sobre todo para aquellos que no vivimos en los tiempos en los que uno decidía por todos. El INE se construyó a base de consensos y acuerdos, de todas y cada una de las fuerzas políticas que han participado en la historia democrática y moderna de México. Y no solamente partidos, también han hecho grandes aportaciones corrientes ideológicas, agrupaciones civiles y algunos grandes políticos, académicos e intelectuales.
No está mal seguir renovando al instituto, y mucho menos seguir transformando la democracia. Lo que está mal, es impulsar y permitir una reforma como la que quiere López, que por donde la veamos no tiene para nada un punto de beneficio electoral y mucho menos un abono a la democracia. López quiere decidir por todos, su único objetivo es manipular el voto ciudadano, y hacerse del recurso de la legitimación democrática.  
No por nada el INE ha sido víctima de mentiras y amenazas. López sabe que con un instituto electoral fuerte no puede atreverse a meter las manos para manipular la sucesión presidencial, y mucho menos para atreverse a realizar una consulta a modo para que el pueblo bueno le pida que prolongue su mandato. Por eso a estas alturas le tiene tanto miedo al instituto y a la democracia.  
La tan anhelada reforma del presidente es solamente una puerta al pasado para darle nuevamente el poder al gobierno para contar los votos, tener siempre el beneficio del fraude sistemático y la farsa democrática para sostener una democracia monárquica.
Votar libremente y que nuestro voto tenga valor, puede convertirse dentro de poco en una simple añoranza de una conquista perdida. En nuestras manos está el poder de mantener vivo al único organismo que puede seguir velando por la verdadera democracia y por nuestros derechos políticos. No hay que olvidar que nuestro sistema electoral y sus organismos han permitido y les han dado garantía a las alternancias en por lo menos los últimos seis sexenios.
Cuidar y defender nuestra democracia y sus instituciones es una obligación de todos y cada uno de los ciudadanos, y bajo ninguna excusa debemos permitir que ninguna persona o intento de reforma agravie, comprometa o trastoque las bases de nuestros derechos y libertades. López le tiene miedo al pueblo, le tiene miedo a la democracia y le tiene miedo a las instituciones. Debemos defender al INE.

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