Por Rubén Duarte
La Navidad en México es, sin duda, una de las festividades más significativas y esperadas del año. A lo largo de los siglos, esta celebración ha adoptado una profunda mezcla de tradiciones religiosas, culturales y familiares que hacen de la Navidad mexicana una ocasión especial, llena de alegría, simbolismo y un fuerte sentido de comunidad. Desde las primeras luces del 16 de diciembre hasta la celebración del Día de Reyes, la Navidad se vive en cada rincón del país de una manera única, reflejando la riqueza de la tradición mexicana y su capacidad para fusionar lo religioso con lo popular.
1. Las Posadas: Una Tradición que Recrea la Espera de María y José
Una de las tradiciones más entrañables y queridas en México durante la Navidad es las Posadas, un ritual que se lleva a cabo del 16 al 24 de diciembre. Las Posadas representan el viaje de María y José en busca de un lugar donde pasar la noche en Belén. Durante estos nueve días, se recrea este peregrinaje en diversas casas del vecindario, en donde se simula la solicitud de posada.
- La procesión: Las personas, en su mayoría niños, se visten con ropa tradicional y portan velas, mientras cantan villancicos pidiendo posada. En algunas comunidades, los niños van acompañados de personajes que representan a María, José, y, a veces, a los Reyes Magos.
- La solicitud de posada: Durante el recorrido, se entonan canciones como “¿Posada, posada?” y se simula la negativa de la puerta hasta llegar a la última casa, donde finalmente se les abre la puerta, simbolizando el alojamiento de la Virgen María y San José en Belén..
2. La Misa de Gallo: Un Encuentro Espiritual en Nochebuena
La Misa de Gallo, celebrada en la noche del 24 de diciembre, es uno de los momentos más solemnes de la Navidad en México. Esta misa recibe su nombre porque tradicionalmente se celebra a medianoche, y la campana de la iglesia (el “gallo”) da la señal para el inicio de la celebración.
- El significado religioso: La Misa de Gallo es un espacio dedicado a recordar el nacimiento de Jesús, la razón central de la Navidad cristiana. Durante la misa, los fieles participan en la liturgia, cantan villancicos y, en algunas regiones, los niños representan el Nacimiento o “Nacimiento Viviente”, donde los actores representan la escena del pesebre con figuras vivas.
3. Los Platos Tradicionales: Un Banquete de Sabores Mexicanos
La comida es uno de los pilares de las celebraciones navideñas en México, y durante esta temporada, los platillos tradicionales tienen un lugar central en las mesas familiares. Los platos navideños son una deliciosa mezcla de sabores autóctonos y heredados de la cultura española.
- Bacalao a la vizcaína: Este platillo de origen español es uno de los más emblemáticos de la Navidad mexicana. Consiste en bacalao desmenuzado, cocinado con salsa de jitomate, papas, aceitunas, alcaparras y chiles, entre otros ingredientes. Es un platillo que simboliza la abundancia y la unión familiar.
- Tamales y atole: Los tamales son esenciales en la celebración mexicana, y en Navidad se preparan con distintos tipos de masa (de elote, de puerco, de pollo o de frijol). El atole, una bebida caliente de maíz, canela y frutas, acompaña perfectamente a estos deliciosos tamales.
- Ponche de frutas: El ponche es una bebida reconfortante hecha con frutas como tejocote, guayaba, tamarindo y caña de azúcar. Se hierve con agua y azúcar, creando un aroma y sabor cálido que acompaña perfectamente las frías noches decembrinas.
- Los buñuelos: Como postre, los buñuelos, dulces fritos espolvoreados con azúcar y canela, son una tradición que encanta tanto a niños como adultos. A menudo se sirven con un poco de miel o piloncillo.
4. El Intercambio de Regalos: Un Símbolo de Cariño y Generosidad
El intercambio de regalos es una costumbre global de la Navidad, y en México no es la excepción. En muchas familias mexicanas, los regalos se entregan la noche del 24 de diciembre, después de la Misa de Gallo, como parte de la celebración de la llegada de Jesús.
- Los regalos y el simbolismo: Los regalos representan el amor y la generosidad, tanto entre familiares como entre amigos. Es común que, en muchas comunidades mexicanas, este intercambio se realice con una gran expectación, con los niños esperando ansiosos los obsequios bajo el árbol de Navidad.
