Entrevista con Luis E. Galindo: Un viaje a través de la vida, la literatura y la comunicación

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Por: Rubén Duarte García.

En esta ocasión, nos encontramos con un gran amigo de muchos años, un hombre de talento multifacético: poeta, escritor, y comunicador. Él es Luis E. Galindo, y hemos tenido el gusto de trabajar juntos en proyectos de televisión. Luis, ¿cómo estás?

Muy bien Rubén, encantado de estar aquí contigo. Todo excelente.

¿Qué te parece si nos platicas un poco de tu vida? ¿De dónde eres originario?

Claro, con gusto. Soy originario de Saltillo, Coahuila, como dice la gente de aquí, “de toda la vida”. Crecí en una colonia que tiene su historia y un cierto estigma, pero a mí me tocó vivir en lo que conocíamos como la auténtica colonia Guayulera. Esta colonia estaba en las calles de Quintana Roo y Pacheco. Conocí la Guayulera cuando aún la dueña era doña Camilita Flores Rodríguez. 

¿Y cómo era la colonia en ese entonces? 

Era muy grande, había unas 15 casas de un lado y otras 15 del otro, era un lugar muy tranquilo, antes de que llegara el famoso “curvelo”, como decíamos, ahí viví mi niñez, en ese espacio lleno de historias.

¿Platícanos de tus padres? 

Mis papás eran de la zona centro, mi mamá, por ejemplo, vivía cerca de la catedral, en la calle Castelar, mis hermanos mayores nacieron ahí, pero yo nací en la colonia Guayulera, cuando ya vivíamos allá.

¿Cuántos hermanos tienes?

Somos cinco en total. El mayor, Marco Antonio, es ingeniero civil y uno de los primeros técnicos del Tecnológico de Saltillo. Francisco Javier, el segundo, es maestro y licenciado en educación. Luego mi hermano y yo que fuimos gemelos, pero mi hermano, ya falleció hace 16 años. Y yo soy el más pequeño de todos.

¿cómo fue tu paso por la universidad?

Yo estudié Ciencias de la Comunicación en Guadalajara, en la Universidad ITESO. Fue la segunda escuela en ofrecer esta carrera en el país, después de la Ibero. De hecho, fui uno de los primeros licenciados en Ciencias de la Comunicación de Coahuila, junto con un buen amigo, Gerardo Ramos, que ahora vive en Francia. Fue una experiencia muy enriquecedora.

¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el mundo de la comunicación?

Así es, trabajé en varios medios. Uno de mis primeros trabajos fue en Guadalajara, en Radio Juventud

¿Y qué hiciste después de esa experiencia?

Después de esa experiencia, me mudé a Ciudad Guzmán, Jalisco, donde trabajé como jefe de relaciones públicas en el Tecnológico de Saltillo, campus Zapotlán el Grande. Fue una etapa muy enriquecedora, ya que allí conocí a Juan José Arreola, un gran escritor. 

¿cómo fue tu regreso a Saltillo?

Llegué a Saltillo gracias a la invitación de un amigo, Joaquín Rosa, quien me ofreció un puesto en el Grupo Industrial Saltillo. Allí trabajé durante unos 14 o 15 años en el área de comunicación industrial. Era un entorno muy dinámico, donde trabajaba con varias empresas, como Cinsa, Vitromex y, por supuesto, el Grupo Industrial Saltillo. Esta fue una de las empresas más importantes de la región, y me permitió vivir de cerca el crecimiento de la industria en Saltillo.

Además de tu trabajo en comunicación, también fuiste docente, ¿verdad?

Sí, exactamente, a la par de mi trabajo en el Grupo Industrial Saltillo, fui invitado por el buen amigo Catón para dar clases en la Escuela de Ciencias de la Comunicación en Saltillo. Fuimos varios maestros del grupo, y me encantó esa experiencia. 

En ese sentido, también participaste en la creación del Colegio de Profesionistas de la Comunicación de Saltillo, ¿cómo surgió esa idea?

Fue un proyecto muy interesante. Junto con colegas como Carlos Recio, Ponchito González y Armando Alanís, formamos este colegio con el objetivo de agrupar a los egresados de Ciencias de la Comunicación de Saltillo. La idea era ofrecer una alternativa independiente al gobierno estatal, para premiar y reconocer el trabajo de los periodistas y comunicadores sin la intervención de las autoridades. Organizamos seminarios, premios, y hasta trajimos a figuras como Ricardo Rocha y Chon Jaramillo. Fue un proyecto que fue bien recibido en su momento, incluso el gobernador de entonces, “El Diablo de las Fuentes”, apoyó la iniciativa. Sin duda, fue una etapa muy significativa para la comunidad de comunicadores en Saltillo.

¿qué nos puedes contar de tu familia?

Tengo tres hijos: Gustavo, el mayor, quien trabaja en Recursos Humanos; Luis Enrique, que se dedica a la nutrición deportiva; y Karla Patricia, quien estudió Terapia Familiar en Monterrey. Mi esposa y yo tenemos una relación muy cercana con ellos, y aunque hay muchos retos, nos sentimos muy afortunados.

¿cómo has evolucionado hacia la escritura de libros?

Bueno, siempre tuve un interés por la historia, especialmente por la historia local de Saltillo y la región. Esto me llevó a escribir mi primer libro, Cabalgando en un sueño, sobre los fundadores de Sabinas, Coahuila, que fueron originarios de Santo Domingo, en Ramos Arizpe. Ese libro tuvo una buena acogida, incluso se organizó una cabalgata en la que participó la televisión nacional, como Televisa. Recuerdo que el gobernador Rogelio Montemayor y Óscar Pimentel, el diputado federal, me dijeron que les había gustado mucho el trabajo.

Y, recientemente, el 29 de octubre, presenté mi segundo libro, que ha sido un proyecto muy personal. Este trata sobre las haciendas de Saltillo, un tema que siempre me ha interesado mucho. Específicamente, habla de 22 haciendas, pero profundiza en cuatro: San José de los Cerritos, San Juan de la Vaquería, Las Torrecillas y Rancho de Peña. Muchas de estas haciendas han sido olvidadas o no se ha escrito sobre ellas, y eso fue lo que me motivó a hacer esta investigación.

¿Qué nos puedes contar sobre este segundo libro?

El libro, como te mencionaba, es sobre las haciendas que existieron en Saltillo, algunas de las cuales ya no existen, pero que fueron muy relevantes en su época. Por ejemplo, San José de los Cerritos, donde todavía existe la Casa Grande, la cual está habitada por el bisnieto del último hacendado, Miguel Recio Valdez. Él ha conservado gran parte de la finca tal como era en tiempos de la Revolución. Es como un museo en sí mismo, con herramientas agrícolas antiguas y un ambiente único que nos transporta a esa época.

Además, hablo de otras haciendas como San Juan de la Vaquería, que fue saqueada durante la Revolución Mexicana. Es interesante porque no había escrito mucho sobre estas haciendas, especialmente sobre las que están menos documentadas, como Las Torrecillas o el Rancho de Peña. 

¿Qué te motivó a realizar esta investigación y escribir sobre estas haciendas?

Siempre me ha interesado la historia, especialmente la historia local. Desde joven, coleccionaba datos, hacía anotaciones, pero fue hasta más tarde que decidí poner todo esto en un libro. Recuerdo que un día le comenté al doctor Ramiro Garza Zúñiga, quien patrocinó el libro, que quería hacer algo sobre las haciendas. Él me apoyó y, aunque no fue un proyecto financiado por el gobierno o por una universidad, fue muy importante para mí contar con su respaldo. 

¿Qué dirías que aporta este libro a la historiografía de Saltillo?

Este libro aporta una mirada fresca y accesible sobre un tema que no había sido suficientemente documentado. Mi objetivo no es hacer una investigación histórica rigurosa al estilo de historiadores como Carlos Recio o Arturo Villaret, sino más bien abrir una ventana a la historia local de una manera que todos puedan entender y disfrutar. Es una aportación a la microhistoria de la región, enfocándome en detalles que, hasta ahora, no se habían contado. 

¿Dónde pueden conseguir el libro aquellos interesados?

El libro está disponible en el Centro Cultural Vito Alessio Robles, en Hidalgo y Aldama, de 11:00 a 3:00 p.m. También lo pueden conseguir directamente en mi casa, en Bosques de Viena 2166, en la zona de El Olmo, cerca del Parque Madero. Ahí, tanto mi esposa como yo, nos encargamos personalmente de entregar los ejemplares. De los 500 ejemplares que imprimimos, aún quedan unos 100 disponibles. Si alguien está interesado, puede pasar a buscarlo por ahí, ¡con gusto los atenderemos!

Ahora, cuéntanos, ¿qué proyectos tienes para el futuro?

Estamos trabajando en dos libros nuevos, ambos de carácter biográfico. Uno de ellos será sobre el doctor Luis Eduardo Garza Dávila, un oftalmólogo muy conocido en Saltillo, especialmente en los años 50. Este libro hablará de su vida y también de una de las propiedades familiares, la Quinta Las Margaritas, que está ubicada en lo que hoy es el centro de Saltillo. Allí, vamos a explorar también la historia de un arroyo que atravesaba la ciudad y cómo toda esa zona se fue transformando.

Y el otro libro, ¿de qué tratará?

El segundo libro será sobre la Colonia Guayulera, un lugar muy conocido en Saltillo. En este caso, también será un trabajo de investigación que estoy haciendo con mi hermano Sergio, quien escribió un artículo sobre la historia de la colonia en la revista Memorias de Saltillo. Vamos a documentar cómo fue la primera colonia guayulera original, cómo fue cambiando con el tiempo, y lo que representó para la ciudad.

Luis, te agradecemos mucho por habernos contado más sobre tu trabajo y tus proyectos. Estamos seguros de que tus próximos libros seguirán enriqueciendo nuestra historia local. ¡Y por supuesto, estaremos pendientes de todas tus futuras publicaciones!

Gracias a ustedes por el apoyo y el espacio. Es un placer compartir mi trabajo con ustedes, y siempre es grato saber que hay gente interesada en nuestra historia. ¡Un abrazo a todos!

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