Néstor J. Hurtado Vera.
En esta ocasión quiero hacer un análisis de un tema muy peliagudo a nivel nacional, que como ya se imaginan es la inseguridad.
Como lo vimos tristemente en diversos medios de comunicación, el alcalde de la capital de Guerrero, Alejandro Arcos Catalán, fue brutalmente asesinado, exactamente seis días después de haber tomado protesta como alcalde.
Pero al margen este condenable acto, tenemos que hacer llamados al Gobierno de México, para que solucionen este terrible problema, porque el pasado domingo asesinaron al alcalde de Chilpancingo, pero tres días antes habían matado a su Secretario de Ayuntamiento, y en un poco más de un año, en dicho estado, se han reportado 17 crímenes políticos.
La situación no es nada sencilla, pero de entrada la estrategia de los “abrazos”, impulsada del 2018 hasta hace unos días, por el expresidente, Andrés Manuel López Obrador, tiene que llegar a su fin, y si bien, no veo conveniente declarar tampoco una “nueva guerra”, es urgente coordinar esfuerzos y comenzar a replicar algunas estrategias que han funcionado como el “Modelo Coahuila”.
Si no se manda un mensaje de orden y de fuerza al inicio del sexenio, las cosas naturalmente se complicarán cada vez más. Porque hay que decirlo, todo el país está “incendiado”.
Por ejemplo, el pacífico y occidente en estados como Sinaloa, Guerrero, Colima, Jalisco, Michoacán, o el centro como Estado de México, Guanajuato, Puebla, el sureste como Chiapas o Tabasco, y el norte como Zacatecas, Nuevo León o Chihuahua, solo por mencionar algunas entidades, nos hablan de que existe un total descontrol y en donde las autoridades sin duda están rebasadas.
Creo firmemente en que Claudia Sheinbaum y su secretario de seguridad quieren solucionar este tema de raíz, pero para lograrlo, estoy convencido de que tienen que voltear a ver el “Modelo Coahuila”, que actualmente es el estado más seguro del país, según el Instituto Mexicano para la Competitividad.
Y hay que decirlo, Coahuila por allá de los años 2011 y 2012, era de los estados más inseguros del país, con ciudades que en su momento eran de las más peligrosas del planeta como Torreón, que se equiparaba con Ciudad Juárez o Bagdad, Irak.
Pero, ¿cómo pasó Coahuila a ser de los estados más seguros de México y siendo un estado fronterizo?, la respuesta no es nada sencilla, pero primeramente con voluntad, con coordinación entre todos los niveles de gobierno, no bajando la guardia un solo instante, y obviamente supervisando a su personal policial.
Definitivamente, cada estado tiene sus particularidades, pero hoy en nuestro país, los gobernantes hacen esfuerzos aislados, y en esa rendija entra el crimen organizado.
Por lo que sostengo que, la realidad del país podría ser otra si el Gobierno de México coordina a todas las entidades en un mismo sentido.
Es claro que serían meses, incluso años de trabajo, pero se tiene que comenzar cuanto antes, y justo porque creo que México no aguantaría otro sexenio de tragedias, resulta urgente que se replique el “Modelo Coahuila” a nivel nacional.