Entrevista con Victoria López: Una Vida de Teatro y Pasiones

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Por: Rubén Duarte García

¿Qué tal amigos de Canal 3, Comunicación Integral y la Revista El Ahuizote? En esta ocasión, tenemos el privilegio de charlar con una persona que ha dedicado gran parte de su vida al teatro. Ella es Victoria López, quien nos hablará sobre su vida y su carrera en el escenario. ¡Hola, Victoria! ¿Cómo estás?

Muy bien, muchas gracias por la invitación.

Victoria, platícanos un poco de ti. ¿De dónde eres originaria?

Yo nací en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y viví la mayor parte de mi infancia en un pueblito llamado Miguel Alemán. Después, nos mudamos a Saltillo por cuestiones de trabajo y seguridad, ya que Coahuila es uno de los estados más seguros.

Toda tu familia es originaria de Tamaulipas

Sí, somos tamaulipecos. Mi mamá, mi hermano y yo nos mudamos a Saltillo buscando esa seguridad que ofrece Coahuila.

Hablemos de tus estudios. ¿Dónde estudiaste y cómo comenzaste tu camino en el teatro?

Comencé estudiando economía, pero después de dos años me di cuenta de que los números no eran para mí. Me salí y trabajé en Cinépolis. Luego, decidí estudiar diseño gráfico, y es ahí donde el teatro me encontró. Un día, pasando por el teatro de Cámara de la UAdeC, escuché gente gritando y decidí entrar. Así comenzó mi aventura en el teatro.

¿Cuándo empezaste formalmente en el teatro?

En 2015, hace casi 10 años. Empecé a tallerear en el grupo de teatro de la UAdeC, dirigido por Juan Alberto Pérez. Ahí aprendí sobre el uso del cuerpo, la voz y la respiración. Después, ayudaba tras bambalinas y en los vestuarios, mis primeras obras fueron cuando participé en la feria de artes de Monclova con la obra “Las Cuatro Estaciones del Amor” y una pastorela.

¿Conservas amistades de tu infancia?

Muy pocas. La mayoría de mis amigos más entrañables son de la prepa, que la hice en Monterrey. Mis mejores amigos son del teatro.

¿Cómo describirías la vida fuera del teatro? ¿Es como una obra, una comedia, una tragedia?

Depende de cómo se mire. Creo que la vida tiene sus altas y bajas, como una tragicomedia. El teatro siempre ha sido un refugio seguro para mí. Nos dicen entre teatristas que el teatro salva, y a mí sí me ha salvado en muchas ocasiones. Es una forma de canalizar mis emociones a través de los personajes.

¿Puedes contarnos algún momento en que el teatro te ayudó a superar una situación personal?

Claro, la muerte de mi abuela fue muy dolorosa. Ella era muy importante para mí. En ese momento, interpreté a una enfermera en la obra “Wit”, dirigida por Luis Falcón y producida por Cuarta Pared. Fue una manera de llorar lo que no había llorado y sanar lo que no había sanado. Fue un acto de confrontar la pérdida y seguir adelante.

¿Qué es lo que más extrañas de tu vida?

Extraño mi niñez, aquellos años en Tamaulipas con toda la familia junta. Con los primos, los abuelos. Ahora, con el crecimiento, vienen el miedo, la inseguridad y las preocupaciones. Ser un niño con los abuelos era lo más hermoso.

¿Cuál ha sido el papel más importante para ti en el teatro?

Cada papel tiene su esencia y sus retos. Susy en “Wit” fue muy significativo por la conexión con mi abuela. Después, en “Incendios” de Wajdi Mouawad, dirigida por Armando Tenorio y producida por Cuarta Pared, interpreté a Nawal, un personaje entrañable, además la obra duraba tres horas. Cada papel me ha dejado algo especial.

Victoria, cuéntanos sobre los desafíos físicos y emocionales de interpretar un papel en teatro.

Físicamente, te cansas y sientes la necesidad de ir al baño, entre otras cosas. Además, el papel que interpretaba en “Incendios” era muy demandante, una historia preciosa pero también muy fuerte y triste. Esto me afectaba físicamente, me dolía la cabeza constantemente porque el cuerpo no distingue entre la ficción y la realidad. Si estás llorando en un papel, tu cuerpo empieza a segregar cortisol y hormonas del estrés, lo que te hace sentir mal.

¿Y cómo afecta esto a tu vida cotidiana? ¿Los actores a veces se apoderan de sus personajes en la vida real?

Cada actor tiene su propia manera de llegar al personaje. Yo uso experiencias personales, pero sin meterlas completamente en el personaje. En “Incendios”, mi personaje perdía a un hijo, algo que nunca he experimentado personalmente. Sin embargo, utilizaba mis propias experiencias de pérdida, como la muerte de mi

abuela, para darle una intención distinta a mis frases. No necesitas haber pasado por lo mismo exactamente para interpretar el papel, pero los personajes y directores abordan los montajes de diferentes maneras.

¿Dirías que los actores son fuertes debido a su capacidad para enfrentar estas emociones?

No sé si la fortaleza sea la palabra adecuada porque abarca mucho. Pero sí puedo decir que los actores somos más abiertos de mente. Podemos entender lo que la otra persona está sintiendo, lo que es la empatía llevada a la máxima expresión.

¿Y cómo manejas tus propios sentimientos?

Pues ahí los voy sobrellevando. Parte de mi vida actoral es el amor al teatro. Estoy enamorada del teatro, es mi cobijo, mi lugar donde me siento plena. El teatro es muy generoso con quien lo hace, pero también hay que ser generoso con él. Tengo amigos con 50 años en el teatro y todavía sienten nervios antes de cada función. Cuando yo deje de sentir esos nervios, probablemente deje de hacer teatro.

¿Qué recomendarías a las personas que quieren iniciar en el teatro?

Lo más importante es ver teatro. Hay que ver de todo, crear un juicio propio y decidir qué tipo de teatro quieres hacer. También es esencial trabajar con gente de la que puedas aprender y con la que te sientas a gusto. Los talleres y grupos son fundamentales para la preparación.

Dicen que “la función debe continuar”. ¿Tienes alguna anécdota sobre esto?

Una vez me sentía muy mal, había tenido que ponerme suero antes de la función, pero aun así salí al escenario e hice lo que pude. También recuerdo una anécdota que me contó un amigo, hace muchos años en plena función un compañero se desmayó, improvisaron mientras se llevaban al compañero en ambulancia. Continuaron la función, pero luego supieron que el compañero había fallecido. Hay circunstancias y niveles, pero se intenta que en la mayoría de los casos la función continúe.

En una ciudad como Saltillo, ¿cómo ves el futuro del teatro?

Aquí hay mucha oferta artística y cultural, aunque no es como Ciudad de México, donde a los actores incluso se les paga por los ensayos. En Saltillo, la mayoría de las compañías somos independientes y producimos con recursos propios, aunque a veces participamos en becas y convocatorias. Esperamos que la nueva administración impulse a los actores y talentos locales para que puedan crecer mucho más.

Muchas gracias, Victoria, por compartir tu experiencia con nosotros. ¡Te deseamos lo mejor en tus proyectos futuros!

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