Anhelando con ansias el 1 de octubre…

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Néstor J. Hurtado Vera.

En cuestiones políticas, es muy normal aplicar el famoso dicho “candil de la calle, oscuridad de su casa”, que básicamente explica a aquellos que, ante los escenarios externos, se muestran como ejemplos a seguir, mientras que, en sus dominios, suelen ser malos, ineficientes o de plano indiferentes.

Quise arrancar con este famoso refrán, ya que ante la noticia que cimbró al mundo entero, originada en Butler, Pensilvania, en donde oficialmente se atentó contra la vida del aspirante republicano Donald Trump, nuestro presidente opinó al respecto.

La reacción del mandatario mexicano de hecho no es mala, ya que señaló que: “dicho acto era reprobable, y que nada relacionado con la violencia se puede justificar”.

Como podremos notar, aunque no estamos acostumbrados a ese tipo de respuestas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, en esta ocasión sí respondió como lo debe hacer un estadista.

Mi crítica es que, solo cuando se trata de actos de violencia internacionales opina de esta manera, no así, cuando los hechos se dan en suelo mexicano.

Muchos quizás ya lo olvidaron, pero el proceso electoral 2023-2024, en donde se eligió a la próxima presidenta de México, el Congreso de la Unión, nueve gubernaturas y cientos de miles de cargos en los Ayuntamientos y Congresos Estatales, fue tristemente el más violento de la historia moderna de nuestro país.

Según la firma “Integralia Consultores”, en el pasado proceso electoral, se registraron 889 víctimas, incluyendo el asesinato de 39 aspirantes o candidatos a algún cargo de elección popular.

Y aunque esta violencia se concentró en las regiones centro, occidente y sureste del país, para estos casos, no escuchamos a un presidente enérgico, y mucho menos con la capacidad de reacción para frenar estos incidentes.

Hace un mes, dijo prácticamente que, las cifras eran incorrectas, obviamente desacreditando los hechos reales y documentados, minimizando un problema gravísimo nacional y para no variar, reprochando a los medios de comunicación por difundir este tipo de noticias.

Como podrá notar, ahí están las dos caras del presidente; en Estados Unidos condena, mientras que en México “lloriquea”. 

De verdad, espero que este trago amargo que tuvimos de sexenio, se nos pase muy rápido, ya que, me resulta lamentable ver diariamente declaraciones en las típicas conferencias mañaneras, en donde lejos de informar, se hace todo lo contrario y de paso cuando el mandatario considera determinada información como “un ataque”, no tiene el menor empacho en difamar o atacar con todo el peso del estado.

Pero bueno, este sexenio ya está por concluir, particularmente creo que Claudia Sheinbaum viene con otra lógica de gobierno y sobre todo de comunicación, por lo que considero podría ser un buen sexenio. 

Simplemente cierro esta editorial, anhelando que ya sea primero de octubre.

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