Por Fernando Urbano
Enriquecimiento ilícito, corrupción, malversación de recursos, conflicto de intereses y fraudes, son algunos de los muchos delitos que persiguen a los integrantes de la 4T, y que al parecer son los que más se ejercen al interior del lopezobradorismo. Esta interminable lista de delitos igual es para familiares, dirigentes, contratistas, funcionarios y exfuncionarios públicos que gozan del visto bueno del titular del ejecutivo federal.
Caso particular el de la candidata al gobierno de Veracruz, que pregonaba la austeridad republicana, pero resulta que tiene propiedades en Veracruz, Tabasco, Nuevo León, y en Estados Unidos, más las que seguramente faltan que le exhiban. Y lo mismo viene para la candidata oficialista a la presidencia en su afán de mantener vivo el discurso del mesías de la 4T, inició su campaña diciendo que ella vive en un departamento que renta y no tiene n-a-d-a. Lo mismo que decía López antes de llegar a la presidencia.
En el debate presidencial del 7 de abril la candidata afirmó que no tiene propiedades y solo alquila una casa. Pero como buena prestidigitadora, Doña Claudia, se aventó algunas maromas de esas que se acostumbran en la 4T para poder distraer al público y provocar esa falsa ilusión morenista de no tener patrimonio. Así de simple, de la nada, desapareció del plano existencial el patrimonio de Sheinbaum.
Pero recientemente una investigación difundida por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad., exhibieron la mentira oficialista de su candidata; pues resulta que si tenía propiedades, casas y departamentos, que incluyó en sus declaraciones patrimoniales anteriores, ya no aparecieron en la declaración patrimonial de 2018, ya que todo su patrimonio fue cedido formalmente a sus hijos; pero que lo haya cedido no significa que no los tenga, ya que solamente lo ocultó.
De acuerdo a las declaraciones previas hechas por propia Corcholata, había reportado que tenía un departamento en Coyoacán, valuado en 400,000 pesos y otro valorado en 1.8 millones de pesos, avalúo no actualizado. También, una casa en Cuernavaca, Morelos, que se construyó entre 2002 y 2005.
Otra propiedad es una casa en Tlalpan, que también era propiedad de su entonces esposo, Carlos Ímaz, político del Partido de la Revolución Democrática. Además se habían reportado dos vehículos y, ingresos por 1 millón 700 mil pesos, una herencia que había recibido y algunas cuentas bancarias.
Con la intención de aclarar lo que anteriormente se publicó, Sheinbaum hizo un comunicado donde terminó aceptando lo afirmado, pues señaló que las propiedades de ella y su expareja, al que nunca menciona por su nombre, pusieron sus propiedades a nombre de sus hijos, por lo que no tenía por qué declararlas.
Evidentemente Claudia miente con la única intención de hacer creer a los electores y a los fanáticos morenistas que funcionaria austera y pobre, que vive en un departamento rentado. Palabras más, palabras menos, el oficialismo y su candidata intentan manipular a la gente a través de su situación económica.
