Vida y obra de José Vasconcelos

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José Vasconcelos nació en Oaxaca el 27 de febrero de 1882, siendo el segundo de nueve hijos de Carmen Calderón Conde e Ignacio Vasconcelos Varela. Su formación temprana fue en escuelas cercanas a la frontera entre Estados Unidos y México, en lugares como Eagle Pass en Texas y Piedras Negras en Coahuila. Posteriormente, debido a dificultades económicas familiares, continuó sus estudios en el Instituto Científico de Toluca y en el Instituto Campechano en San Francisco de Campeche.

Tras la trágica muerte de su madre, ingresó en la Escuela Nacional Preparatoria y luego en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde se graduó como abogado en 1907. Vasconcelos se involucró en la vida política y cultural de México desde temprana edad. Fue parte fundamental en la fundación del Ateneo de la Juventud Mexicana, un grupo de jóvenes intelectuales que buscaban una educación más amplia y liberadora, alejada del determinismo positivista impuesto por el gobierno de Porfirio Díaz.

Junto con el Ateneo, Vasconcelos abogó por la libertad de cátedra y el respeto a la diversidad cultural, en contraposición a la visión homogénea y determinista promovida por el gobierno de Sierra y los llamados “Científicos”. Su participación política se intensificó cuando se unió a la campaña presidencial de Francisco I. Madero en 1909, representando al Club Antirreeleccionista ante el gobierno de Estados Unidos. Esta colaboración fue crucial en el contexto del Plan de San Luis, que desencadenó la Revolución Mexicana en 1910.

Aunque se le atribuye erróneamente la creación del lema “Sufragio Efectivo, No Reelección”, su papel en la difusión y adopción de este lema fue significativo, contribuyendo al derrocamiento de Porfirio Díaz y al inicio de una nueva etapa en la historia de México.

Después del golpe de Estado de Victoriano Huerta y Félix Díaz, José Vasconcelos se vio obligado a exiliarse en Estados Unidos. Durante su tiempo en el extranjero, recibió la misión de Venustiano Carranza de buscar el reconocimiento de países europeos para el gobierno constitucionalista, evitando así el apoyo a Huerta. Tras lograr este reconocimiento, regresó a dirigir la Escuela Nacional Preparatoria, pero desacuerdos políticos lo llevaron al exilio una vez más.

Vasconcelos regresó para tomar la cartera de Instrucción Pública durante la breve gestión de Eulalio Gutiérrez Ortiz como presidente de la Convención Nacional, pero las luchas internas durante ese periodo limitaron su capacidad de acción. Con la proclamación del Plan de Agua Prieta en 1920, se alineó con Álvaro Obregón contra Carranza. Después de la muerte de Carranza, fue designado como rector de la Universidad Nacional de México, donde promovió una educación amplia y comprometida con la sociedad.

En su gestión como rector, Vasconcelos enfatizó la importancia de la cultura mestiza y latinoamericana, así como el papel crucial de la educación en la reconstrucción de México tras la Revolución.

Más tarde, como secretario de Instrucción Pública durante la presidencia de Álvaro Obregón, realizó la primera reforma educativa y emprendió programas de instrucción popular, escuelas rurales y promoción del arte y la cultura. Vasconcelos fue un defensor apasionado de la difusión cultural y el intercambio educativo con otros países americanos. Apoyó a numerosos artistas e intelectuales, y su influencia se extendió más allá de México, colaborando con figuras destacadas de América Latina.

Aunque se postuló como candidato presidencial en 1929, enfrentando la oposición del gobierno de Calles, no logró el éxito en las elecciones. Sin embargo, su legado como “apóstol de la educación” y su incansable lucha por la cultura y el progreso de México perduran hasta hoy.

José Vasconcelos falleció en 1959, dejando un legado perdurable como uno de los más grandes pensadores y educadores de México y América Latina. Su contribución a la educación y la cultura sigue siendo recordada y valorada en todo el continente.

José Vasconcelos fue uno de los principales pensadores de la filosofía en México, abordando diversos campos como la metafísica, la estética y la filosofía de lo mexicano. Influenciado por figuras como Schopenhauer, Unamuno, Bergson y Nietzsche, así como por corrientes como el cristianismo y la mística, su filosofía ecléctica buscaba establecer un marco metafísico y estético para la realidad mexicana, dando origen a conceptos como la “raza cósmica”, “indiología” y “todología”.

Su legado en la cultura mexicana es profundo. A través de su monumental serie autobiográfica “Ulises Criollo” y otras obras como “La Raza Cósmica”, Vasconcelos dejó una marca indeleble en el pensamiento filosófico, humanista y político de Latinoamérica. Su obra, que incluye tratados como “Estética” y “Tratado de Metafísica”, ha sido influyente y es considerada esencial en la literatura filosófica iberoamericana.

Además de su contribución filosófica, Vasconcelos incursionó en la literatura divulgativa con obras como “Breve historia de México” y “Manual de filosofía”. También incursionó en la ficción literaria con críticas, dramas y relatos, complementando su obra con una perspectiva política en obras como “Cartas políticas”.

Su labor como editor de la Revista Continental Timón y su defensa de ciertas ideologías políticas, aunque polémicas, reflejan su compromiso con la difusión del conocimiento y la cultura.

El presidente Vicente Fox inició el proyecto de la Biblioteca José Vasconcelos en su honor, como un tributo a su legado intelectual. Esta biblioteca, inaugurada en 2008, es un símbolo del impacto perdurable de la obra de Vasconcelos en la sociedad mexicana.

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