Néstor J. Hurtado Vera.
Lamentablemente, el pasado 26 de diciembre del 2023, falleció el Senador de la República, Armando Guadiana Tijerina, un político que por donde se le viera, llamaba la atención; siempre polémico, “dicharachero”, muy creativo, inteligente, siendo un empresario acaudalado, y sobre todo muy transparente o claridoso, lo que daba como resultado una combinación perfecta entre indomable y disruptivo.
Afortunadamente, tuve la oportunidad de colaborar con él, de los años 2011 al 2013, cuando presidió la Asociación Civil, “Claridad y Participación Ciudadana”, por lo que, en esta editorial, buscaré a través de algunas remembranzas, descifrar aspectos relevantes de su curiosa personalidad.
Dicen algunos historiadores que personajes “indomables” o “disruptivos” son los que logran ser recordados; casos hay de sobra, por ejemplo, Sócrates, quien en el año 299 a.C., fue envenenado por haber expresado su razonamiento en contra de los dioses ancestrales, o Galileo Galilei, quien pasó sus últimos años encerrado por defender la teoría “Heliocéntrica” de Nicolás Copérnico, que entre muchas cosas explicaba que la Tierra y los planetas giraban alrededor del sol.
En nuestro “microcosmos” de política estatal y nacional, Armando Guadiana sin duda desde su regreso a la “escena mediática”, logró llamar la atención por su peculiar forma de comunicar y de señalar, convirtiéndose rápidamente en un “estandarte” de la oposición, principalmente del año 2011 a la fecha.
Fui testigo de su esmero con el que recorrió prácticamente todo el país con las famosas “Expo Deudas”, en donde advertía junto al economista Macario Schettino que los niveles de endeudamiento en varias entidades, resultarían insostenibles a corto, mediano y largo plazo, y curiosamente, estados en donde señaló que había corrupción, sus respectivos exgobernadores acabaron detenidos, como los casos de Chihuahua, Veracruz, Nayarit y Quintana Roo.
También me tocó ver como a días de haber tomado protesta, Enrique Peña Nieto, la entonces Procuraduría General de la República le “congeló” todas sus cuentas bancarias, a mi consideración por las duras críticas que le hizo prácticamente toda la campaña electoral del año 2012. Recuerdo como si fuera ayer, escucharlo dar carcajadas por el panorámico que le puso al entonces candidato presidencial del PRI en su visita a Saltillo a metros de su reunión, en el que señalaba que Peña Nieto era igual políticamente hablando que el expresidente, Carlos Salinas de Gortari.
Sin duda era indomable, carismático y para muchos un “dolor de cabeza”, ya que el discurso opositor llevaba décadas ciclado y sin gracia, motivo por el que después de su activismo social, llamó la atención nada más y nada menos que de Andrés Manuel López Obrador, quien lo invita a ser candidato a gobernador en el año 2017, obteniendo más de 150 mil votos.
De hecho, alguna vez le dije y para nada le gustó, que, si no se hubiera registrado ese año, el PAN y Guillermo Anaya -proyecto en el que colaboré como coordinador de prensa- hubiera habido alternancia, pero su argumento me convenció; sencillamente me dijo que se debía a un compromiso con López Obrador, en el que desde su óptica anteponían los intereses de México.
Como saben, en 2018 gana la Senaduría y para nada se “alineó” con el presidente, ya que, aunque defendía la mayoría de sus proyectos e iniciativas, Guadiana fue, si mal no recuerdo, el único Senador de Morena que llegó a contradecir a López Obrador en temas principalmente energéticos o en casos como la propuesta para eliminar al Instituto Nacional del Emprendedor.
En 2021 y 2023, donde contendió para la Alcaldía de Saltillo, y la Gubernatura, respectivamente, me consta que hizo un esfuerzo sobrehumano para ganar, y aunque la alcaldía estuvo más cerca, la división y las traiciones de personajes que operaron la “defensa electoral” le cobraron la factura y su anhelo de ser Gobernador se fueron con él a la eternidad.
Me quedo con el buen sabor de boca de haberlo escuchado decir que, a Coahuila le iría bien y a pesar de las diferencias políticas auguró que vienen buenos tiempos para nuestra entidad. En fin, creo firmemente que se extrañará al “Viejo del Sombrerón” que durante años le puso “sabor al caldo político” de Coahuila y de México.
Finalmente, quiero mandar mis condolencias a toda su familia y seres queridos, pero principalmente a su esposa, Lupita, a sus hijos Cecilia, Armando, Marco, Alejandra, Conchita, Liliana, Lucy y Ricardo, y a quien consideraba su hijo putativo, Alberto Hurtado. Sin lugar a dudas, coincidiremos que pondrá muy interesante el ambiente en el Reino de los Cielos.
¡Que en Paz descanse el indómito e incansable, Armando Guadiana Tijerina!