Por Fernando Urbano
He tenido la suerte de conocer a extraordinarias personas a lo largo de mi vida, que se han convertido en entrañables amigos y que me han marcado de manera muy particular con sus enseñanzas y su confianza. Uno de ellos es Pedro Ramos Aguillón, mejor conocido por sus amigos como Don Pedrito. Lo conocí cuando iniciaba mi militancia en la CNOP en el 2006; Don Pedro era el líder del sector popular en Saltillo, siempre estaba al pendiente de la oficina que se encuentra en el edificio del PRI en el boulevard Francisco Coss y dispuesto
para atender cualquier llamado o invitación que tuviera como representante de la CNOP.
Sin importar el tamaño de las tareas que se le encargaban como dirigente o como militante,
siempre la realizaba con responsabilidad y disciplina.
No tenía en ese entonces la conciencia de que Don Pedro era un referente político muy importante del sector popular no solo en Saltillo, si no también en el estado. Pero como fue pasando el tiempo fui conociendo un poco más de su historia, una parte de su propia voz en
muchas de las interminables platicas en la oficina, sobremesas, eventos, o haciéndole compañía en algunos viajes en los que me tocó acompañarlo junto a otros amigos del sector mientras recorríamos los municipios de Coahuila, y otras más de personas que
tenían alguna anécdota con Don Pedrito.
Innumerables fueron también las pláticas acompañadas de una cerveza y la tradicional botana en su negocio, el icónico “Bar 4 Ases”, en la esquina de Álvarez y Purcell; del que él y su esposa, Doña Eva, eran propietarios desde 1963. Seguramente en alguna visita al bar,
fue donde me percate de lo reconocido que era Don Pedrito, en donde todos los clientes lo conocían por nombre y antes de ordenar en la barra, lo saludaban. Ahí es común toparte a líderes de sindicatos, políticos de todos los partidos, funcionarios, periodistas, deportistas
(algunos jugadores o ex jugadores de Saraperos), todos amigos de Don Pedro y clientes del bar.
Cuando se sumó a las filas de la CNOP, junto a otros de sus amigos fundó a finales de los 60s, la “Unión de propietarios de bares, cantinas y similares de Saltillo”, y colaboró también en la formación de otras organizaciones comerciales y sociales que más tarde también se adhirieron al sector popular, y de las que fue un incansable gestor. Fue también miembro de organizaciones de transporte, espacio en el que siempre mostró su interés al contribuir y fortalecer los derechos de los chóferes, los concesionarios y los usuarios.
Don Pedro siempre estaba muy bien informado, desde muy temprano leía los periódicos locales y veía noticias, la política y la vida pública eran una necesidad básica para Don Pedro. Pero también impulsar el deporte, fue para él siempre una prioridad, que demostró a
través de la organización y patrocinio de eventos deportivos como maratones, ciclismo y lucha libre.
Como amigo, era excepcional; por lo menos una vez al mes recibía una llamada de Don Pedro, para saludarme, preguntarme cómo estaba, y obviamente para hacer un análisis rápido e intercambiar opinión de la política local y nacional. En la CNOP hicimos un grupo
de grandes amigos, algunas veces nos reunimos para desayunar y él nunca faltaba.
Hay muchas cosas que recordar de don Pedro , y seguramente con el tiempo serán más las
que se van a extrañar, pero sin dudarlo, su amistad será la principal.
