Irlanda se ha enorgullecido de su neutralidad y su compromiso con las instituciones multilaterales, pero el actual gobierno de Dublín prepara un gran cambio.
Mientras múltiples conflictos internacionales ponen a prueba la determinación de Occidente de apoyar el orden internacional, Irlanda está a punto de cambiar radicalmente su política de seguridad mundial.
Micheál Martin, actual ministro de Defensa y viceprimer ministro, declaró esta semana ante el Parlamento irlandés que tiene previsto reformar la política de “triple bloqueo” que rige desde hace tiempo en el país, según la cual Irlanda sólo puede desplegar tropas en el extranjero con el consentimiento explícito de tres partes: el Gobierno, el Parlamento y el Consejo de Seguridad de la ONU.
Explicando el plan, Martin dijo que la “agilidad y capacidad de respuesta” militar de Irlanda se beneficiaría enormemente de la eliminación del requisito de la ONU, que en la práctica significa que EE.UU., Rusia, China, Francia y el Reino Unido gozan de veto unilateral sobre los despliegues militares irlandeses.
“Al hacer este cambio en el futuro, estaríamos eliminando el poder de veto de los miembros del Consejo de Seguridad sobre el compromiso de Irlanda, salvaguardando al mismo tiempo el vínculo esencial con el derecho internacional y la buena gobernanza”, afirmó.
El experto en política exterior Eoin McNamara, del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales, declaró que a Dublín no le queda más remedio que afrontar la realidad: “Los dirigentes irlandeses no se han interesado demasiado por la geopolítica, pero la geopolítica ha empezado a interesarse por su país”.
“Irlanda ha estado geopolíticamente protegida durante gran parte de su historia independiente desde 1922”, dijo McNamara, “y las crisis que implican conflictos militares importantes no han afectado normalmente de forma directa a la seguridad de su población”.
“El multilateralismo y la ONU son muy importantes en la política exterior irlandesa, y el triple bloqueo es en cierto modo un reconocimiento de ello. Ha habido un miedo paranoico a que, sin un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, un gobierno irlandés pudiera sancionar en algún momento una participación militar irlandesa significativa en una guerra de agresión”.
Pero, en opinión de McNamara, la postura explícitamente favorable a la ONU que mantienen muchos defensores del triple cerrojo no tiene en cuenta el panorama completo.
“Debido a la posición protegida del país, se ha permitido que algunas perspectivas ingenuas dominen el debate irlandés. El multilateralismo, el humanitarismo y el mantenimiento de la paz son dimensiones de la ONU, pero la ONU también tiene otras dimensiones menos idealistas. También es un escenario para la política de poder, como lo demuestra el comportamiento de las grandes potencias en el Consejo de Seguridad de la ONU. Este último punto rara vez se plantea con mucho detalle en el debate irlandés”.
Martin insistió en este punto en el Parlamento, donde señaló el desarrollo de los conflictos en Ucrania e Israel-Palestina como ejemplos de por qué esperar al Consejo de Seguridad por respeto al multilateralismo no tiene necesariamente sentido.