FONDEN para después 

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Por Israel Reyes 

¿Sabes qué es la NOAA? Es la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y esta es responsable de describir y predecir los cambios en el medio ambiente mediante la investigación de los océanos, la atmósfera, el espacio y el sol. Esta oficina también es responsable de conservar y manejar los recursos costeros y marinos. Dicho departamento ha registrado que el huracán Otis alcanzó una presión central de 923 milibares. Según los términos del bono catastrófico suscrito por el gobierno mexicano en el marco de la Alianza del Pacífico, este huracán cumple con el parámetro de activación para los huracanes de la zona.

El reciente proceso de extinción del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) en México ha generado un intenso debate sobre su relevancia y efectividad en la gestión de emergencias. Fue en enero de 2021 que el FONDEN entró en proceso de extinción después de una reforma constitucional, y sus recursos (que llegaron a alcanzar 61,000 millones de pesos al final de la administración anterior) se han concentrado en la Tesorería de la Federación. Desde entonces, los recursos para este tipo de eventualidades se asignan al Ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación.

Y ¿Qué es el Ramo 23? Este es un instrumento de política presupuestaria que permite atender las obligaciones del gobierno federal cuyas asignaciones de recursos no corresponden al gasto directo de las dependencias ni de las entidades; específicamente este ramo se encarga de las provisiones salariales y económicas para: 1. El cumplimiento del balance presupuestario, 2. El control de las ampliaciones y reducciones al presupuesto aprobado, con cargo a modificaciones en ingresos 3. La operación de mecanismos de control y cierre presupuestario y para otorgar provisiones económicas a través de fondos específicos a entidades federativas y municipios ¿Tu crees que siga en algún guardadito ese presupuesto?

La declaración de emergencia ha permitido la liberación de los primeros recursos para hacer frente a los efectos de las “lluvias severas y fuertes vientos” del martes 24 de octubre. Para cubrir los daños causados por Otis en una amplia franja de la Costa Grande de Guerrero, se cuenta con la reserva de riesgos catastróficos de huracanes y otros riesgos hidrometeorológicos, que, según un informe reciente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, ascendían a 21,873 millones de pesos hasta el último día de septiembre.

El Ramo 23 contempla una asignación de 17,000 millones de pesos para el Fonden, mientras que el Ejecutivo federal propone destinar otros 15,000 millones de pesos provenientes de la extinción de fideicomisos del Poder Judicial al programa de reconstrucción de Acapulco. Esta propuesta ha generado controversia y críticas por parte de legisladores y expertos. Además, añádele la existencia de la reserva de riesgos catastróficos de huracanes y otros riesgos hidrometeorológicos, que asciende a 21,873 millones de pesos según un informe de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Sin embargo, se plantea la incertidumbre sobre la suficiencia de estos recursos para hacer frente a desastres de gran magnitud.

¿Cuál es el objetivo del Fonden? Atender los efectos de Desastres Naturales, imprevisibles, cuya magnitud supere la capacidad financiera de respuesta de la dependencias y entidades paraestatales, así como de las entidades federativas. Las catástrofes no disminuirán, al menos hagamos aciertos de los errores posibles. 

Es importante su nueva creación, con todo y mejora de mecanismos. No es una cuestión política, sino de previsión, de reacción, de humanidad. Queremos un FONDEN para después. 

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